Ciclo A. 5º domingo de Pascua
Pedro Guillén Goñi, C.M.
El evangelio del domingo de hoy, V de Pascua, se refiere a los últimos momentos
de Jesús en compañía de sus discípulos antes de su desenlace final. Se sienten
confundidos e inseguros y les produce una sensación de incertidumbre y angustia.
Jesús les anuncia su “partida del mundo” y su vuelta “al Padre”. Este
acontecimiento, la “pérdida” de Jesús, no entra en la comprensin de los discípulos
porque, aunque Jesús les había preparado para esta situación, todavía no entendían
que todo terminara con la muerte del Señor.
Jesús se da cuenta por el momento en que atraviesan los discípulos y les animará
para “que no pierdan la calma y que sigan creyendo en Dios y en Él” (Jn. 14,1).
Como en las apariciones después de resucitado les inculca la paz y la serenidad de
espíritu para aceptar en la vida la presencia del don de Dios porque Él es nuestra
Paz
Solamente esa fe esperanzada y firme en el Señor les hará ver que ha merecido la
pena apostar por Jesús, conocerle, vivir la experiencia de la instauración del Reino,
aprender el mensaje que les enseaba y trasmitir al mundo “lo que han visto y
oído” porque Él es “el camino, la verdad y la vida”.
Se nos presentan multitud de caminos para andar por la vida pero Jesús afirma que
Él es nuestro camino . Lo que nos ofrece no es solamente consejos, preceptos
morales, o tratados filosóficos sino una actitud perseverante y comprometida
basada en el amor, el servicio, la entrega generosa a los demás. Así superaremos
nuestro propio ego que nos impide conocer el camino que nos acerque al encuentro
con los demás.
Jesús es la verdad y nos exige transparencia, sinceridad, coherencia y
autenticidad de vida. Vivimos en un mundo mediatizados por los intereses que
desembocan en falsedad, hipocresía y apariencia. Decir y buscar la verdad, dar
testimonio de ella y actuar con valentía ante tanto atropello deben ser las señas de
identidad de nuestra actuación moral y social.
Jesús es la vida . Jesucristo vino al mundo “para darnos la vida en abundancia”
(Jn. 10,10). En la esencia de la predicación de Jesús y en el contenido doctrinal del
Magisterio de la Iglesia la vida es el valor fundamental. Hoy Jesús nos recuerda que
Él es la vida y estamos obligados a protegerla, defenderla y denunciar todo aquello
que atente contra ella.
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)