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Día litúrgico: Domingo III (C) de Adviento
Texto del Evangelio ( Lc 3,10-18): En aquel tiempo, (…) como el pueblo estaba a
la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él
el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el
que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El
os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su
era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se
apaga». Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva.
Comentario: Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. (Città del
Vaticano, Vaticano)
Juan fue el último testigo de Cristo antes de su venida
Hoy, la liturgia de este domingo, llamado "Gaudete", nos invita a la alegría, a una
vigilancia no triste, sino gozosa. "Gaudete in Domino semper" —escribe san Pablo—
. "Alegraos siempre en el Señor" (Fl 4,4).
Hoy, además, la Palabra de Dios nos presenta al Santo Precursor de Jesucristo: san
Juan Bautista. Dios Padre dispuso preparar la venida, es decir, el Adviento, de su
Hijo en nuestra carne, nacido de María Virgen, de muchos modos y de muchas
maneras (Carta a los Hebreos 1,1): los patriarcas, los profetas y los reyes
prepararon la venida de Jesús... Pero san Juan Bautista, como dice la liturgia
(Prefacio de su fiesta), lo pudo señalar con el dedo, y le cupo —¡misteriosamente!—
hacer el Bautismo del Señor. Juan fue el último testigo antes de la venida. Y lo fue
con su vida, con su muerte y con su palabra.
—Oigamos hoy su palabra, que nos exhorta a compartir lo que tenemos y a
respetar la justicia y la dignidad de todos.
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