D OMINGO DENTRO DE LA O CTAVA DE N AVIDAD . LA SAGRADA FAMILIA:
JESÚS, MARÍA Y JOSÉ
T EXTOS A CONTEMPLAR
Hoy es la fiesta de la Sagrada Familia. La Liturgia de
la Palabra de este domingo de la infraoctava de Navidad
ilumina las relaciones interpersonales en las diversas
dimensiones, tanto las mutuas entre los esposos, como de
ellos con sus hijos; y el trato que deben dar los hijos a los
padres y el que se deben los hermanos entre sí.
Escogemos algunos de los versículos que hacen
referencia más explícita a las distintas relaciones, según
Dios quiere.
No deseo caer en moralismos, ni en recomendaciones que pueden parecer recetas.
Si cada uno nos encontramos con la fuerza de la Palabra y nos dejamos afectar por su
mensaje, seguro que nuestra convivencia, según las distintas formas de vida y estado en
que cada uno vive, será evangélica.
R ELACIÓN ESPONSAL
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. (Col 3, 20)
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de
olivo, alrededor de tu mesa. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor .
(Sal 127)
R ELACIÓN ENTRAÑABLE
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la
madre sobre su prole. (Ecco 3,2)
R ELACIÓN FILIAL
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula
tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será
escuchado (Ecco 3,3-6). Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le
gusta al Señor. Col 3,21)
Jesús bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad . Su madre conservaba
todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en
gracia ante Dios y los hombres. (Lc 2, 50-52
R ELACIÓN FRATERNA
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable,
bondad, humildad, dulzura, comprensión . Sobrellevaos mutuamente y
perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado:
haced vosotros lo mismo. (Col 3,12-13)
R ELACIÓN TEOLOGAL
-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos
angustiados.»
Él les contestó: -«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la
casa de mi Padre?»