Ciclo C. Fiesta. Sagrada Familia de Jesús, María y José
Julio César Villalobos, C.M.
Qué bueno es tener una familia
Eran días previos o cercanos a la navidad. Dos hermanos de una familia muy
católica, y muy comprometida con su parroquia, tuvieron un altercado tan fuerte
que se dieron de golpes. Empezaron a encolerizarse. Ya estaban tirados, por los
golpes, al suelo. El papá de ellos había salido, la mamá en ese momento cuando
estaban peleándose o dándose de golpes en el suelo, llega de hacer compras en el
mercado. Encuentra ese cuadro. Toda la familia había, en esos días y con mucha
ilusión, armado el pesebre. La mamá tira las cosas del mercado al suelo, coge a sus
hijos de las orejas y los lleva al lado del pesebre para que se pidan perdón. Y desde
aquella vez hasta el día de hoy esos dos hermanos son grandes amigos, y en la
misma casa se respira paz.
Quizás te parezca muy común esta historia porque se ve o se da a diario. Pero es
claro el mensaje, en este día de la Sagrada Familia, que nos pone el libro del
Eclesiástico cuando afirma que: “Dios hace al padre más respetable que a los hijos
y afirma la autoridad de la madre sobre sus hijos” (Eclo.3,2-6.12-14). Somos
testigos de que muchas veces el papá y la mamá como que “ya no tienen
autoridad” o “la están perdiendo” en sus propias casas. Si el papá y la mamá son
un poco avanzados de edad quizás el respeto que los hijos deberían tener hacia
ellos lo pierden. Dios tiene un mensaje para ellos: “Hijo mío, sé constante en
honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque su inteligencia se
debilite, sé comprensivo con él, no lo desprecies…”
¿Valoramos siempre a nuestros padres? Habrá perdón de los pecados y muchas
riquezas, inclusive nuestra oración será escuchada cuando se viva el perdón y la
unidad, frutos del amor de Dios.
¿Saben cuál es el secreto para que una familia viva feliz, en paz y con mucha
bendición? La respuesta la tenemos en la segunda lectura de hoy domingo:
“…revístanse de sentimientos de misericordia entra￱able, bondad, humildad,
dulzura, comprensi￳n. Sop￳rtense y perd￳nense…y todo lo que de palabra y obra
realicen, háganlo todo en el nombre del Se￱or Jesús” (Col.3,12-21). ¿Cuántos
problemas se solucionarían en cada hogar o en cada familia si pusiéramos un poco
de amor a lo que hagamos o digamos?
El amor por el hijo amado, la preocupación de cómo está y dónde está es prueba de
que al papá y a la mamá sí le interesa el hijo de sus entra￱as: “Al verlo, sus padres
quedaron asombrados, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira
que tu padre y yo te buscábamos angustiados” (Lc.2,41-52). En la calidez del hogar
nacen todas las virtudes, una de ellas es la obediencia. Lucas lo pone muy bien en
su evangelio hablando de Jesús ni￱o: “él baj￳ con ellos a Nazaret y sigui￳ bajo su
autoridad”.
El fruto de la obediencia, será: la libertad para hablar y dirigirse a los demás, el
respeto por lo que los padres digan, el orden en la misma vida, una fe
inquebrantable: “Y Jesús iba creciendo, en sabiduría, en estatura y en gracia ante
Dios y los hombres”.
Que la Sagrada Familia de Jesús, María y José sea siempre un modelo de
comunidad de amor, de paz, de libertad, de fe recibida y compartida, de puesta en
práctica de los valores.
Qué bueno es tener una familia!!!
Dios bendiga a todas las familias del mundo!!!
Con mi bendición..
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)