Ferias de Navidad
DIA 7 DE ENERO
Padre Julio Gonzalez Carretti O.C.D
Lecturas bíblicas
a.-1Jn.3,22-24;4,1-6:Creer en Jesús y amarse los unos a los otros.
La carta del apóstol Juan, nos enseña a vivir como hijos de Dios. La primera
condición para ello, es romper con el pecado (cfr. 1Jn.3,3-10), la segunda, es
guardar los mandamientos, especialmente, la caridad (cfr.1Jn.3,11-23), y la
tercera, guardarse de los anticristos y del mundo (cfr.1Jn.4,1-6). La tranquilidad de
la conciencia va a venir al cristiano, si con sinceridad, vive los mandamientos de
Dios, ama a su prójimo, con lo cual, la oración que realice será eficaz. No se podría
recitar el Padre nuestro, si faltamos gravemente al precepto del amor, porque el
fundamento último de la oración, está en la vivencia de la paternidad y la filiación
para con Dios y los hermanos. El autor, sintetiza magistralmente la voluntad de
Dios, es creer en Jesucristo y amar al prójimo, lo que suscita la comunión con Dios.
Los cristianos, hombres y mujeres del NT, son conscientes de la acción del Espíritu
Santo, en la comunidad eclesial. Así como el profeta, movido por el Espíritu
interpretó los acontecimientos en el pasado, anunciando el futuro, así hoy los
cristianos, pueden hablar en nombre de Dios. Es el Espíritu quien inspira los más
diversos carismas y funciones en su Iglesia, del mismo modo, hombres hablaron en
nombre de Dios en el pasado, pero el autor, como en la antigüedad, da criterios
para discernir los verdaderos de los falsos profetas hoy (cfr. Dt. 13,1-4) en la
Iglesia. El criterio es: Quien afirme cosas contrarias a la fe, no debe ser oído. Y la fe
se resume en esto: Jesucristo, vino a nosotros en carne mortal. Quien niegue, o
dude de la humanidad de Cristo, o que niegue que Jesús, es el Cristo, su opinión no
debe ser aceptada. Quien sostenga tales afirmaciones, no posee el Espíritu de Dios,
no es verdadero profeta. Juan lucha así contra los gnósticos, corriente filosófica y
cristiana, que ponían en el conocimiento un camino de salvación, pero sin
implicancias morales, no aceptaban la humanidad de Cristo, solo su divinidad (cfr. 1
Jn. 2, 22). Ellos se han desviado de la verdad. El apóstol se dirige a los cristianos,
ellos están en la verdad, Dios está con ellos, por ello vencerán, porque es más
poderoso que el anticristo, y de todos los poderes hostiles de tipo cultural-religioso.
Es el poder del Espíritu Santo, quien guía a la Iglesia, para no degenerar en una
secta gnóstica. Los enemigos, presentan otra versión del cristianismo, son del
mundo, por eso, éste les escucha, el mundo acepta la moral más fácil y de acuerdo
a sus intereses. Juan, se presenta a la comunidad, y con la comunidad cristiana,
como un testigo de la verdad: es de Dios, son de Dios, le pertenecen. De ahí que,
abren sus oídos para escucharle, pero los cierran para las enseñanzas del mundo.
Para Juan, o se está en la verdad o en el error; estar en la fe, significa, confesar a
Jesucristo, permanecer en ÉL es creer en su Evangelio; estar en el error, es negar
el cristianismo, al Enviado y al Padre que lo envió.
b.- Mt. 4,12-17.23-25: Convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
El evangelio, nos presenta los primeros pasos de la predicación de Jesús en Galilea
de los Gentiles, luego que Juan Bautista, fuera encarcelado. Mateo, nos va a
presenta el Mesías de la Palabra, el predicador (cc. 5-7), más tarde, el Mesías de
los milagros (cc. 8-9). Nos presenta su predicación y enseñanza en Galilea,
cumpliéndose la palabra del profeta, que anunciaba que el Mesías, actuaría en
Galilea (vv.15-16; cfr. Is. 9,1-2). Con este pasaje, el evangelista quiere recalcar,
que el evangelio está destinado, no sólo a los judíos, sino también a los paganos. El
texto del profeta, deja en claro que Jesús, es la luz del mundo. Las primeras
palabras de Jesús son: “Desde entonces comenz￳ Jesús a predicar y decir:
«Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.» (v.17; cfr. Mt. 3,2). La
invitación es la de volver a Dios con una mayor profundidad y radicalidad, porque
ahora Dios, se vuelve a nosotros con palabra y Rostro humano. Ante la predicación
precedente del Bautista, la diferencia de su anuncio del Reino, se encuentra en que
la persona de Jesús y sus obras son ese Reino predicho, ahora actuando entre los
hombres. Realizó curaciones admirables, las más graves: posesos, enfermos y
resurrección de muertos. En el trasfondo, se contempla al Siervo de Yahvé, que
cargaría sobre sí, todas nuestras enfermedades: Jesús es el Siervo de Yahvé. Si
bien, para el evangelista, es importante presentarlo a Jesús, como un gran
taumaturgo, más interesante es presentarlo, como predicador de la palabra de
Dios. Con este sumario Mateo nos presenta a Jesús, que predica y enseña. ¿Dónde
está la diferencia? Enseñaba, es decir, hace una presentación del evangelio, la
palabra de Dios en forma de exposición, como discusión, como veremos en la
sinagoga. En cambio, la predicación, se centra en el anuncio del evangelio del
Reino, que está presente entre los hombres, el reinado de Dios y Jesús, heraldo de
dicho Reino, causa de nuestra alegría. La tarea de la conversión, es permanente
centrada en creer en Dios, y amarlo en el prójimo más cercano; creer y amar,
actitudes fundamentales del cristianismo. Fe y amor, se fecundan mutuamente, es
la fe que salva, por medio de la caridad, en una vida moralmente tranquila y
serena, porque fe y obras van unidas. Es en la Eucaristía, donde todo se funde: fe,
obras y caridad, convertidas en pan para compartir, Cuerpo de Cristo que alimenta,
y vino para celebrar, Sangre preciosa de Cristo que purifica y reconforta, para
servir al Reino de Dios. Fe y amor don divino y responsabilidad nuestra que
conforma la vida del cristiano y la comunidad eclesial.
Santa Teresa de Jesús ense￱a: “Los que sirven a Dios y le quieren servir ¿por qué
han de dejar la oraci￳n…? Cierto les he lástima, que a su costa sirven a Dios” (V
8,8). Estas palabras son una exhortación a no dejar la oración para luego
emprender la tarea evangelizadora. La oración es el alma de todo apostolado.