“Tranquilícense, soy yo; no teman”
Mc 6, 45-52
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. OBLIGÓ A LOS APÓSTOLES A EMBARCARSE, Y LES ORDENA IR A
LA OTRA ORILLA
Cuando leemos el Evangelio según San Mateo, la narración de este episodio es
más extensa y detallada, además nos relata como Pedro camina sobre el agua
hacia Jesús, ahora bien, si leemos a San Juan, es al contrario, más breve.
Entendemos la omisión de Marcos, tal vez se deba a la modestia de Pedro, a
quien Marcos acompañó.
Según el relato de san Marcos, Jesús, después de la multiplicación de los panes,
oblig￳ a los ap￳stoles a embarcarse, y les ordena ir a la otra orilla, “hacia
Betsaida.” Pero, según san Juan, Jesús les da la orden de ir hacia Cafarnaúm (Jn
6:17). Cafarnaúm y Betsaida no se encuentran en la misma ribera. Cafarnaúm
se halla en la orilla occidental del Lago; Betsaida, en la parte nordeste del
mismo. Una primera solución sería que fuesen más bien costeando, por lo cual,
para ir a Cafarnaúm (Jn), tendrían que pasar en la dirección de Betsaida,
(Marcos), que es marítima. Pero ellos van a “la otra parte del mar.” Y
efectivamente llegaron “a donde se dirigían” (Jn 6:21) y desembarcan “en
Genesaret” (Mateo y Marcos), sin duda a la región que ocupa unos cinco
kilómetros sobre el Lago. Esta doble orientación — Cafarnaúm-Betsaida — ha
hecho que algunos interpretan la palabra “hacia “en sentido de “enfrente de.”
2. LOS APÓSTOLES QUEDARON EN EXTREMO ESTUPEFACTOS.
Pero también puede ser que san Marcos y san Juan citasen libremente, en el
sentido que con ello sólo buscan orientar a los lectores un punto de referencia en
general, quizás a san Marcos cita a Betsaida porque fuese mejor conocido para
los mismos, ya que era la patria de Pedro (Jn 1:44).
Pero los que nos interesa es destacar la impresión que causa a los apóstoles la
escena de Jesucristo caminando sobre el mar; los apóstoles quedaron en
extremo estupefactos.” Y a￱ade la raz￳n: porque no habían comprendido el
milagro de los panes y su mente estaba enceguecida.
3. SIENDO ELLOS HOMBRES, NO ACABABAN DE VER LO QUE
SIGNIFICABA EL PODER QUE EN PROPIEDAD TENÍA JESÚS
No es que no se hubiesen dado cuenta de la multiplicación de los panes y peces,
puesto que ellos reconocieron primero que no había más que cinco panes, y
luego recogieron de sobras doce cestos, sino que no habían sacado la conclusión
que de allí se había de deducir el mesianismo de Jesús. Ellos mismos habían
recibido el poder de hacer milagros en su “misi￳n” por Galilea, y así, siendo ellos
hombres, no acababan de ver lo que significaba el poder que en propiedad tenía
Jesús, por esos estaba su mente enceguecida.
En este fragmento del Evangelio, se nos muestra el poder que tiene Jesús sobre
los elementos de la naturaleza, revelando así que Él es Dios, al que toda las
cosas están sujetas, es decir, este milagro de Jesús es otro signo de su
divinidad.
4. JESÚS DESPIDE A LOS APÓSTOLES PARA RETIRARSE A LA
MONTAÑA A ORAR
También nos muestra este pasaje, como Jesús despide a los apóstoles para
retirarse a la montaña a orar. Este es un buen ejemplo para nosotros, no
debemos descuidar la oración, ella está por encima de todo tipo de
preocupaciones. En este ejemplo Jesús nos enseña que hay tiempo para el
trabajo y también para orar. Es decir, hagamos tiempo para nuestra tarea
apostólica, pero no descuidemos el tiempo para tratar a solas nuestras cosas con
Dios.
Para todo, siempre debemos poner en primer lugar la oración, ante cualquier
cosa es preciso hablar con el Padre, especialmente si hablaremos de Dios.
Jesús no deja nunca de orar, los Evangelios nos muestran muchas situaciones
donde Él se retira a orar, y busca la soledad para hacerlo.
5. LA ACTIVIDAD MAS IMPORTANTE ES ORAR, ES LA MEJOR
FORMA DE UTILIZAR EL TIEMPO
Muchas veces hablamos mucho, somos inquietos, queremos hacer muchas
cosas, pero la actividad más importante es orar, es la mejor forma de utilizar el
tiempo, y no se puede considerar como algo secundario.
Cuando planifiquemos la actividad del día, incluyamos unos minutos para la
oración, y dejemos esos instantes para dedicarnos con constancia a
comunicarnos con nuestro Padre y que nada nos aparte de esta intención.
Y cuando estemos solos, o cuando nos veamos solo, aprendamos a sentir la
presencia del Señor, Él siempre quiere estar con nosotros, lo hemos visto que no
deja de preocuparse por sus apóstoles y esta justamente ahí, donde el peligro
asecha, para animarnos y darnos confianza. Es lógico asustarse si no tenemos a
Jesús junto a nosotros, es normal que nos sintamos solos si no tenemos su
compañía. Pero ahí está Jesús diciéndonos "Tranquilícense, soy yo; no teman".
6. NOS SUCEDE QUE NO IDENTIFICAMOS LA VOZ DE CALMA QUE
NOS DA EL SEÑOR
En muchas ocasiones perdemos la tranquilidad, y tenemos a nuestro alrededor
una tormenta de preocupaciones y nos sucede que no identificamos la voz de
calma que nos da el Señor o nos cuesta mucho reconocer su presencia,
seguramente esto es porque estamos algo alejados de Dios, y entonces no
hundimos en la inseguridad que está bajo nuestros pies. Cuando esto suceda
busquemos tomar la mano salvadora de Jesús que se extiende hacia nosotros, y
hagámoslo poniendo mucho de nuestra parte.
En efecto, tenemos que poner mucho de nosotros y hacerlo en forma habitual
cada día, ya que Jesús nos pide esfuerzo, y si damos todo de sí, podemos
confiar en la ayuda de Jesús. Frente al peligro, Él nos extenderá cariñosamente
las manos para salvarnos, pero nos hará ver la poca fe, nos echará en cara que
si estuvimos en peligro y tuvimos miedo fue por no confiar en Él o porque no
hemos distanciados de Él.
Todo volvió a la calma en el momento que Jesús subió a la barca con ellos. Todo
es distinto cuando nosotros recibimos a Jesús, es cuestión de fe, esa fe que debe
guiar nuestra vida, nuestro propósitos, nuestros planes, fe que debemos
mantenerse viva, para que ilumine la fuente de energía que permite vivir en el
amor del Padre, y para que no se apague no descuidemos la oración.
El Señor les Bendiga