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Día litúrgico: 11 de Enero (Feria del tiempo de Navidad)
Texto del Evangelio ( Lc 5,12-16): Y sucedió que, estando en una ciudad, se
presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra,
y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Él extendió la mano, le
tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra (…).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Jesús se convirtió en "leproso" para que nosotros fuéramos purificados
Hoy, Jesús no evita el contacto con este hombre; más aún, impulsado por una
íntima participación en su condición, extiende su mano y lo toca, y le dice: "Quiero,
queda limpio".
En ese gesto y en esas palabras de Cristo está toda la historia de la salvación, está
encarnada la voluntad de Dios de curarnos, de purificarnos del mal que nos
desfigura y arruina nuestras relaciones. En aquel contacto entre la mano de Jesús y
el leproso queda derribada toda barrera entre Dios y la impureza humana, entre lo
sagrado y su opuesto, no para negar el mal y su fuerza negativa, sino para
demostrar que el amor de Dios es más fuerte que cualquier mal, incluso más que el
más contagioso y horrible. Jesús tomó sobre sí nuestras enfermedades, se convirtió
en "leproso" para que nosotros fuéramos purificados.
—A través de su Madre es siempre Jesús quien sale a nuestro encuentro para
liberarnos de toda enfermedad del cuerpo y del alma. ¡Dejémonos tocar y purificar
por Él!
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