EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la primera semana del tiempo ordinario
Carta a los Hebreos 1,1-6.
Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los
Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras,
ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó
heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
El es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. El sostiene el universo con
su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó
a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo.
Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el
de ellos es el Nombre que recibió en herencia.
¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?
¿Y de qué ángel dijo: Yo seré un padre para él y él será para mi un hijo?
Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: Que todos los ángeles de
Dios lo adoren.
Salmo 97(96),1.2b.6.7c.9.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean,
la Justicia y el Derecho son la base de su trono.
Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Se avergüenzan los que sirven a los ídolos,
los que se glorían en dioses falsos;
todos los dioses se postran ante él.
Porque tú, Señor, eres el Altísimo:
estás por encima de toda la tierra,
mucho más alto que todos los dioses.
Evangelio según San Marcos 1,14-20.
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena
Noticia de Dios, diciendo:
"El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la
Buena Noticia".
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés,
que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos,
dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Comentario del Evangelio por:
San Ireneo de Lyon (130-208), obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías, 4 14
“Todos los que han sido llamados en mi nombre"
El Padre nos recomienda vivir en seguimiento del Verbo, no porque tuviera
necesidad de nuestro servicio sino para procurarnos la salvación. Porque, seguir al
Salvador es tener parte en la salvación, como seguir a la luz es tener parte en la
luz. No son los hombres los que hacen resplandecer la luz sino que son ellos los
iluminados, los que resplandecen por la luz. Los hombres nada pueden añadir a la
luz, sino que la luz los ilumina y los enriquece.
Lo mismo ocurre con el servicio que rendimos a Dios. Dios no tiene necesidad de
nuestro servicio y nada le añade a su gloria. Pero aquellos que le sirven y le siguen
reciben de Dios la vida, la incorruptibilidad y la gloria eterna. Si Dios invita a los
hombres a vivir en su servicio, es para poder otorgarnos sus beneficios, ya que él
es bueno y misericordioso con todos. Dios no necesita nada; en cambio el hombre
necesita de la comunión con Dios. La gloria del hombre consiste en perseverar en el
servicio de Dios.
Por esto dijo el Se￱or a los ap￳stoles: “No me elegisteis vosotros a mí, fui yo
quien os elegí a vosotros.” (Jn 15,16) Con ello indica que no somos nosotros los
que le glorificamos con nuestro servicio, sino que por haber seguido al Hijo de Dios,
somos glorificados por él... Es de ellos de quien dice Dios por boca de Isaías:
“Desde Oriente traeré a tu estirpe, te reuniré desde Occidente... haz venir a mis
hijos desde lejos, y a mis hijas del extremo de la tierra, a todos los que llevan mi
nombre, a los que creé para mi gloria” (Is 43,6-7).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”