II Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo C (Año Impar)
Sabado
Padre Julio Gonzalez Carretti O.C.D
Lecturas bíblicas
a.- Hb. 9, 2-3. 11-14: Entró en el santuario para siempre.
b.- Mc. 3, 20-21: Su parientes lo buscan.
Este pasaje es propio de Marco, es uno de los textos oscuros y un aspecto difícil de
comprender, respecto de la misión de Jesús. No son muchas las veces en este
evangelio, en que Jesús da a conocer su identidad más profunda. Las gentes
buscan milagros del joven rabino de Nazaret, sus propios discípulos están
aprendiendo a conocerle. Pero son sus parientes más cercanos que vienen a por ÉL,
porque, dicen, está fuera de sus cabales (v.21). Si bien, la expresión viene a
significar, que se salió de su conducta habitual, está exaltado, fuera de sí, está
loco, no deja de ser humillante. Como todos los profetas, Jesucristo, vive la
soledad, la incomprensión, la excentricidad. Juan, agrega que ni sus parientes
creían en ÉL (cfr. Jn. 7, 5). Más tarde, los fariseos venidos de Jerusalén, dirán que
Jesús está endemoniado. Muy unido a esto de los parientes, hay que recordar que
el mismo Jesús estableció los parámetros del verdadero parentesco con ÉL, que
nace del cumplimiento de la voluntad de Dios: esos van a ser su madre, hermanos
y hermanas (cfr. Mc. 3, 31ss). Sus parientes de Nazaret, tampoco creerán en sus
palabras cuando los visite; no tenían fe (cfr. Mc. 6,1ss). El mensaje de Jesús, sus
prédicas debieron causar un enorme revuelo entre la gente importante y sencilla,
porque sus propuestas eran toda una novedad, que rompía con todos los
parámetros establecidos en lo religioso, social y político, como por ejemplo, las
Bienaventuranzas; lo mismo, el tema de orar por los enemigos, el sentido de amor
al prójimo, la pobreza, la puerta estrecha, etc. No extraña entonces que digan está
fuera de sí. Si Cristo fue incomprendido en su tiempo, por las autoridades
religiosas, por el poder político, por sus parientes y discípulos hasta que llegó la luz
pascual, no es de extrañar la incomprensión que vive también hoy en nuestra
sociedad. Él es siempre bandera discutida y suscita las más variadas reacciones. De
una parte, están los que lo rechazan abiertamente, en el otro extremo, los que lo
siguen en forma incondicional, luego hay una masa cuyas motivaciones religiosas,
no siempre cristianas, deben madurar, por ignorancia o una deficiente relación con
Dios y la Iglesia. Hay un segmento que no podemos de olvidar de admiradores de
Jesucristo y la Iglesia y los indiferentes. El verdadero discípulo como Jesús, deberá
sufrir incomprensión y su fe se verá fortalecida por las pruebas, lo mismo su
esperanza y caridad. Los Santos, los auténticos cristianos que se tomaron en serio
el Evangelio y a Jesucristo, fueron tratados de locos. Como verdaderos parientes de
Jesús, locos de amor por ÉL, dentro de lo razonable, hay que abrir el Evangelio,
asumir la radicalidad del seguimiento y la cruz con todo lo que encierra. Si nos
guiamos por solo lo razonable, no llegaremos muy lejos como discípulos de Cristo
Jesús, entendiendo por razonable, lo que hace todo el mundo. Sólo el camino del
amor nos transforma en locos, porque nos hace penetrar en el misterio de la
persona amada: conocer a Jesucristo lo es todo, el amor y la fe, las vías más a
nuestro alcance para recorrer desde hoy el camino de la santidad.
Teresa de Jesús, hablando del sueño de potencias, la tercer grado de oración y otra
forma de regar el huerto del alma, la Santa: “Es un glorioso desatino, una celestial
locura, adonde se aprende la verdadera sabiduría” (V 16,1).