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Día litúrgico: Domingo II (C) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Jn 2,1-12): En aquel tiempo, se celebraba una boda en
Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda
Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de
la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué
tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los
sirvientes: ᆱHaced lo que Él os digaᄏ (…).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Jesús transforma las bodas humanas en una imagen de las bodas divinas (un
matrimonio entre Dios y el hombre)
Hoy Jesús no juega con su poder en un asunto que, en el fondo, es totalmente
privado. No; Él realiza un signo con el que anuncia su hora, la hora de las bodas, la
hora de la unión entre Dios y el hombre.
Él no se limita a "producir" vino, sino que transforma las bodas humanas en una
imagen de las bodas divinas, a las que el Padre invita mediante el Hijo y en las que
da la plenitud del bien, representada por la abundancia del vino. Las bodas se
convierten en imagen del momento en que Jesús lleva su amor hasta el extremo,
permite que le desgarren el cuerpo, y así se entrega a nosotros para siempre, se
hace uno con nosotros: bodas entre Dios y el hombre. La hora de la cruz es la hora
de las bodas.
—La hora de Jesús no ha llegado aún, pero en el signo de la conversión del agua en
vino, en el signo del don festivo, anticipa su hora ya en este momento.
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