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Día litúrgico: Lunes III del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 3,22-30): En aquel tiempo, los escribas que habían
bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los
demonios expulsa los demoniosᄏ (…).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La adoración jamás debe ser traicionada. Error del ateísmo marxista
Hoy constatamos una de las consecuencias más perniciosas de la increencia y
cerrazón de corazón: deformar el rostro de Jesús. El caso del Evangelio de hoy raya
la absurdidad: asignar a Jesús un poder demoníaco para explicar la expulsión de
demonios. ¡Lamentable y torpe error!
Aquel burdo error de los escribas se ha reproducido modernamente en versión
materialista. ¿No debería el salvador del mundo demostrar su identidad dando de
comer a todos? El marxismo habría hecho que toda hambre fuera saciada y que el
desierto se convirtiera en pan. Pero, la historia ha mostrado que cuando no se
respeta la jerarquía de los bienes ya no hay justicia, sino que se crea desajuste y
destrucción también en el ámbito de los bienes materiales. Cuando se reniega de
Dios o, simplemente, se le da una importancia secundaria (dejándole de lado),
entonces fracasan precisamente estas cosas presuntamente más importantes.
—Señor: el pan es importante, la libertad es más importante, pero lo fundamental
es la fidelidad constante y la adoración jamás traicionada.
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