IV domingo del tiempo ordinario. Ciclo C
Superar la tentación de la venganza
La Palabra: “Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga, se llenaron de ira”
(evangelio).
1.¿Qué es lo que oyeron? En el evangelio Jesús se presenta como portador de la
liberación para todos. También y de modo especial para los excluidos que no
pueden ver, que no pueden caminar, encarcelados y pobres o insignificantes que no
tienen voz ni voto. Más aún, al afirmar que con su llegada se hace realidad la
promesa de liberación anunciada por Isaías, la propuesta de Jesús excluye “el día
de la venganza”, expresión que leemos en el relato del profeta. Esa omisión
provoca gran escándalo en los ortodoxos judíos que odiaban a los impuros
extranjeros y solo deseaban para ellos la maldición y el castigo. Desconcertados
con la pretensión de Jesús, lo declaran blasfemo e intentan darle su castigo
despeñándolo por un barranco y apedreándolo hasta que muera.
2. El mensaje de Jesús tiene un artículo central: amar a los demás como Dios nos
ama no solo cuando somos buenos sino cuando somos pecadores y nos oponemos
a su voluntad de vida para todos. Por eso, el seguimiento de Jesús, humanidad en
que se transparenta la condición de Dios, incluye amar incluso a los enemigos
porque, a pesar de su malicia, Dios sigue mirándolos con amor y afirmando su
dignidad como personas.
3. Este evangelio es buen indicativo para el pueblo cubano que, en las últimas
décadas, ha estado sufriendo tantas y tan dolorosas fracturas. Los sentimientos de
venganza pueden oscurecer la mirada de nuestro corazón e impedir la búsqueda
común de un futuro mejor para todos. Necesitamos un colirio para limpiar nuestros
ojos y mirar a los demás como personas con dignidad inviolable. Solo desde esta
mirada pueden brotar los sentimientos y las prácticas de reconciliación; que el
individualismo y el ansia de poder no nos ciegue; que despertemos a esa nobleza
de miras y de conducta que caracterizó a quienes pensaron al pueblo cubano y
dieron los primeros pasos en su proyecto de verdadero humanismo.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net