Sr. Cardenal Julio Terrazas Sandoval, CSsR
Arquidiócesis de Santa Cruz, Bolivia
Homilía de S.E. Cardenal Julio Terrazas Sandoval
IV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Basílica Menor de San Lorenzo Mártir, domingo 3 de enero de 2013
Muy amados y queridos hermanos y hermanas, hermanos todos de nuestra Iglesia
que peregrina en Santa Cruz y en toda Bolivia:
Porque en una Eucaristía los cristianos nos reunimos para abrir las fronteras de la
caridad, para pensar en todos, para rezar por todos y para que juntos nos
decidamos a construir el reino del Señor.
Muchos motivos para que podamos vivir esto, el primero y que acabamos de
experimentar es la lluvia, hacía falta ¿verdad? Ya se estaban quejando de las
pérdidas millonarias, bueno ha llegado la lluvia con un poco de violencia y esto trae
por supuesto algunas desilusiones. Sin embargo, queremos pensar que una lluvia
beneficia a todos y tenemos que pedir para que esto no nos falte porque depende
de ello el pan que en el futuro van a comer nuestros niños y jóvenes.
Queremos pensar también en los miles de hermanos que en otros espacios
de Bolivia están sufriendo por las inundaciones, para ellos va también este
deseo de que la paz y la verdad no se pierdan en sus corazones en estos
momentos de prueba.
Llamamos una vez más a quienes tiene la responsabilidad de buscar
mejores días para todos y a todos los habitantes de Bolivia a mostrar su
solidaridad por los que sufren por una u otra causa.
Nos alegra poder compartir esa noticia eclesial que ha llegado a Bolivia el día de
ayer donde algunos hermanos Obispos terminada su misión dejan el espacio a
nuevos responsables de algunas comunidades.
Un gracias profundo a ellos en general, de manera especial a nuestro querido
hermano el arzobispo de Sucre Mons. Jesús Pérez que dedicó todos sus esfuerzos a
hacer que esa iglesia se mantenga siempre caminando; A nuestro hermano de la
prelatura de Patacamaya Mons. Toribio Ticona, que también dedicó toda su vida y
toda su juventud a servir a los hermanos mineros en aquellos lugares; queremos
decir como amigo gracias también a Mons. Luis Casey porque él termina su misión
en Pando, en aquel Vicariato en el que está dejando gran parte de su existencia y
de su amor para que todos escuchen al Dios de la vida y no se dejen llevar por
sofismas que se multiplican día a día.
Agradecer a ellos por su trabajo y agradecer a los nuevos porque aceptan esta
misión que la Santa Madre Iglesia les da a través del Santo Padre: Mons. Jesús
Juárez será el nuevo Arzobispo de Sucre, Monseñor Eugenio Coter será el nuevo
Arzobispo de Pando y Mons. Percy Galván será el Obispo de Coroco, un Obispo
joven a quien le deseamos también un fecundo apostolado en aquellas alturas de
nuestro país.
Ese otro gran hecho que ha conmovido a mucha gente en toda Bolivia pero sobre
todo ha conmovido a Oruro, aquella imagen esplendorosa que han levantado en
honor de la Virgen del Socavón, allí está representada la imagen de la madre de
Dios siempre vigilante para todos los pueblos y recordándonos a todos “hagan lo
que mi hijo les ha mandado”.
Gracias a Oruro por darnos esta oportunidad de poder contemplar una vez más a la
madre de nuestra esperanza, a la madre de nuestra vida, a la madre que nos dice
siempre: No tengan miedo . Y al igual que su hijo nos anima a ser seguidores de la
verdad y de la vida y no de los engaños y falsedades de todo momento.
En este domingo es importante que volvamos a recodar la palabra del Señor, tan
clara y exigente que nos pide a nosotros ver cuál es nuestra actitud frente a la
verdad y la vida que nos ha triado el Señor.
Recodaremos el evangelio del domingo pasado, ese evangelio en el que el Señor les
hizo conocer que Él ha venido a traer buenas noticias, ese evangelio en el que nos
viene a decir que se va a trabajar por los pobres, por los humildes, por los
encarcelados, por los oprimidos y que va a terminar todo eso para dar paso a un
año de vida, a un año de amistad con Dios, a un año de reconciliación.
El domingo lo hemos meditado y constatamos que la gente que lo estaba mirando
se quedó admirada y se quedó mucho más impresionada por esa frase que hoy día
el evangelista Lucas nos vuelve a repetir: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje
de la escritura que ustedes acaban de oír” , esas palabras resonaron también el
domingo pasado; Esas palabras vuelve a retomarlas el Señor para que quede bien
claro que Él no está contando cuentos de hadas, ni está contando pequeñas
historias para mantener despierta a su gente, está hablando del plan de Dios, está
hablando del plan de su padre, está hablando que Él es el enviado para comenzar
esta nueva era, este nuevo tiempo de una transformación total que nos haga pasar
de lo meramente humano y limitado a las dimensiones de un Dios que se abre para
abrazar todos los pueblos “hoy mismo se cumple todo esto”, y la gente volvió a
asombrase.
Pero también no faltó quien comenzó a dudar ¿de dónde tiene tanta sabiduría,
acaso no es el hijo del carpintero?
En toda alabanza a Dios puede existir también un momento de duda, eso nos
puede pasar a nosotros hoy. Que nos contentemos con el mensaje del Señor, con el
testimonio de su Iglesia, con el caminar de todos los cristianos, pero también se
puede decir ¿de dónde viene esto? ¿Acaso no nos conocemos? Esto puede pasar en
medio de los creyentes y pasa con frecuencia también en medio de la sociedad
donde más son las desconfianzas, donde más son las sutilezas, donde reina todo
aquello que hace que caiga la buena fama del otro o que se encierre en una prisión
sin que se les permita ser lo que el Señor desea para todos: libres de verdad, de
pensamiento y de corazón pero también libres para trabajar en la construcción del
reino de Dios en nuestra tierra.
Jesús se dio cuenta que estaban murmurando y les dice: Seguro que
ustedes me dirán “medico cúrate a ti mismo o repite los milagros que has
hecho en Cafarnaúm” esta es una manera mis hermanos muy sutil pero
que a veces se nos mete también a nosotros los creyentes.
Pedimos mayores gestos externos, signos externos, nos gustaría ver girar la luna
de noche o que se caigan las estrellas, nos gustaría ver a Dios sosteniendo el sol
para que no se caiga, nos imaginamos un Dios que no tiene otra cosa que hacer
que mantener las estructuras de la creación para que nosotros estemos contentos,
o le exigimos milagros.
Peregrinamos, vamos lejos, hacemos oración pero siempre con la finalidad de que
haya un milagro, de que haya algo patente. El mal tiene que ser vencido por el bien
y ojalá Dios se manifieste de alguna forma que castigue a los malos, que haga
desaparecer a los que no piensen como ÉL. Se nos mete también esto y le exigimos
que haga signos de vida como lo había hecho en otros lados.
Otra actitud, sintieron rabia dice el texto. Se molestaron no porque les dijo que es
difícil ser profetas sino porque les recodó que los verdaderos profetas no fueron
vendidos a nadie, no estuvieron sometidos a nadie y no tienen que estar sometidos
ni vendidos hoy también en medio de los problemas y las dificultades.
Les recordó que en tiempo de Elías cuando había sequía, Elías fue enviado a una
mujer que no era creyente, les recordó que el profeta Eliseo en medio de tantos
enfermos curó a uh uno que no era del pueblo Judío. Y eso les dio rabia y eso les
hizo sentirse capaces de empujarlo y casarlo para querer tirarlo al precipicio.
El texto es claro, el Señor pasó en medio de ellos sufriendo los insultos, sufriendo el
desprecio. No les dio el gusto de que lo hicieran caer en el precipicio sino que les
demostró que Él estaba por encima de todos y que el plan de Dios no era un
privilegio para uno sino un llamado para todos los pueblos.
Este es el mensaje que nos da el Señor el día de hoy día mis hermanos, que
tenemos que vivirlo y aceptarlo porque para nosotros también es cierto lo que dice
Jeremías: Es el Señor es el que lo ha hecho fortaleza, ciudad fuerte, muro que
nadie puede hacer caer porque Él, el Dios de la vida, camina con su siervo Jeremías
para ser el profeta de los pueblos y de las naciones . Esa es la alegría que debe
tener la Iglesia mis hermanos.
Podrán declararnos la guerra, podrán insultarnos, podrán decirnos que
callemos, podrán gritar de que nosotros no tenemos derecho a decir una
palabra en el país, podrán decir todo eso pero quien camina con nosotros
no es un líder oculto que da plata para marchar sino que es un Dios de la
vida que quiere que nuestras vidas no sean estropeadas por nadie y que
tienen que ser vidas para la libertad, la justicia y la paz.
Nos debe ayudar en esto ese cantico tan hermoso que Pablo pronuncio para la
Iglesia de Corinto: “El amor y la caridad”. No importan si tenemos todo
ennuestras manos, el mundo, el poder, todo a lo que a lo mejor aspira una
persona, pero si no tenemos caridad no somos nada.
Y nos dice Pablo: la caridad es paciente, la caridad no se enoja, la caridad
no insulta, no anda buscando de multiplicar las cárceles para meter a los
enemigos allá, la caridad es apertura, es entrega: ¿no son cosa que
necesitamos hoy más que nunca? ¿No son mensajes que deberían calar más
profundamente? Sobre todo cuando a veces se nos escapan expresiones que ojalá
nunca fueran parte del caminar de nuestro país: “Al enemigo ni una gota de agua”
hemos escuchado por ahí, “al enemigo hay que aplastarlo”.
Dios nos vine a decir: la fe, la esperanza y la caridad son virtudes. La esperanza y
la fe van transformase pero lo que quedará eternamente es el amor, es la caridad
porque Dios es caridad y nosotros caminamos a encontrarnos con ese Dios que nos
espera con un abrazo distinto, que nos espera como un padre deseoso de dar a
cada uno de sus hijos vida y esperanza para siempre. Que el Señor de la vida nos
bendiga también esto días. AMÉN.