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Día litúrgico: Domingo V (C) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 5,1-11): En una ocasión, Jesús (…) dijo a Simón: ᆱBoga
mar adentro, y echad vuestras redes para pescar». Simón le respondió: «Maestro,
hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu
palabra, echaré las redes». Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces (…).
Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor,
que soy un hombre pecadorᄏ (…). Jesús dijo a Simón: ᆱNo temas. Desde ahora
serás pescador de hombres». Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le
siguieron.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La llamada divina
Hoy, la liturgia nos presenta el tema de la llamada divina. Invitados por Jesús a
echar las redes, a pesar de una noche infructuosa, Simón Pedro y los demás
discípulos, fiándose de su palabra, obtienen una pesca sobreabundante. Ante tal
prodigio, Simón Pedro no se echa al cuello de Jesús para expresar la alegría de
aquella pesca inesperada, sino que se arroja a sus pies.
Jesús, entonces, le asegura: "No temas. Desde ahora serás pescador de hombres"
(cf. Lc 5,10); y él, dejándolo todo, lo sigue. Vemos cómo el encuentro auténtico con
Dios lleva al hombre a reconocer su pobreza e insuficiencia, sus limitaciones y su
pecado. Pero, a pesar de esta fragilidad, el Señor, rico en misericordia y en perdón,
transforma la vida del hombre y lo llama a seguirlo.
—Dios no mira lo que es importante para el hombre (las apariencias); el Señor mira
el corazón, y a los hombres pobres y débiles, pero con fe en Él, los vuelve apóstoles
y heraldos intrépidos de la salvación.
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