El camino: la caridad en la verdad, en lo cotidiano de la vida.
2013-02-14
Homiletica
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 22-25
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario que el Hijo del hombre
sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los
escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”. Luego,
dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompa￱arme, que no se
busque a sí mismo, que tome su cruz cada día y me siga. “Pues el que quiera
conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa,
ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se
pierde a sí mismo o se destruye?” Palabra del Se￱or.
Oración introductoria
Señor Jesús, quiero acompañarte y perder mi vida por tu causa. Tú nunca
rechazaste el sufrimiento sino que lo acogiste por amor. Ayúdame para que esta
oración sea el medio para tomar conciencia del sentido cristiano de este tiempo de
Cuaresma, y dame la gracia de vivirla con un particular esfuerzo espiritual y
apostólico.
Petición
Señor, te pido me concedas la gracia de saber cargar mi cruz con paciencia, amor y
alegría, convencido de que es el medio que me has concedido para amarte y
santificarme
Meditación
El camino: la caridad en la verdad, en lo cotidiano de la vida.
«Es necesario recordar siempre las palabras del concilio Vaticano II: “De nada sirve
al hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo. No obstante, la espera de
una tierra nueva no debe debilitar, sino más bien avivar la preocupación de cultivar
esta tierra, donde crece aquel cuerpo de la nueva familia humana, que puede
ofrecer ya un cierto esbozo del mundo nuevo” […] El Evangelio es la mayor fuerza
de transformación del mundo, pero no es una utopía ni una ideología. Las primeras
generaciones cristianas lo llamaban más bien el “camino”, es decir, la manera de
vivir que Cristo practic￳ en primer lugar y que nos invita a seguir. A la ciudad “[de
la paz]” se llega por este camino, que es el camino de la caridad en la verdad,
sabiendo bien —como también nos recuerda el Concilio— que “no hay que buscar
esta caridad sólo en las grandes cosas, sino especialmente en las circunstancias
ordinarias de la vida” y que, siguiendo el ejemplo de Cristo, “debemos cargar
también la cruz que la carne y el mundo imponen sobre los hombros de los que
buscan la paz y la justicia”ᄏ (Benedicto XVI, 8 de mayo de 2011).
Reflexión apostólica
«Para vivir maduramente el ideal de la caridad es necesario sobrellevar las
inevitables cargas, e incluso tensiones, que provoca la vida diaria, sobre todo
cuando las tareas que han de realizarse en común son arduas y expuestas a fallos o
fracasos humanos. Nadie puede ilusionarse soñando en una vivencia irreal o
desencarnada de la caridad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi ,
n. 39).
Propósito
Repetir el versículo del salmo 71 Señor, tú eres mi esperanza , para crecer, no en
base a un falso optimismo, sino por mi fe en Cristo.
Diálogo con Cristo
Señor no quiero huir de mi cruz. Ayúdame a ver en todo, incluso en el sufrimiento,
pena o enfermedad, una oportunidad para crecer en el amor. Porque la cruz que
más te agrada es la de la caridad. Es la forma en la que auténticamente puedo ser
tu discípulo y misionero. Gracias, Señor, por este período que me ofreces para
prepararme a celebrar los misterios de nuestra Redención. Concédeme vivir cada
uno de los días de la Cuaresma de tal manera que llegue a celebrar tu Resurrección
con un corazón realmente convertido y renovado en la caridad.
«La caridad que arda en vuestro pecho derramándose tendrá que calentar este
mundo paganizado y alejado de Dios»
(Cristo al centro, n.1676).