Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María
A pesar del protagonismo que nuestro santo tuvo en la vida de Jesús, en la Biblia
se nos da una información muy reducida con respecto al marido de María, la cuál
nos es suficiente como para reconocer los méritos que coronaron la existencia del
Patrón de la Iglesia, los seminarios y la buena muerte. En la Biblia se nos dice que
José pertenecía al linaje de David, por lo cuál era de Belén. él pactó con Joaquín su
matrimonio con María. José no sabía que Dios iba a cambiar sus planes de una
forma inesperada. Antes de contraer matrimonio con la Madre del Mesías, José
supo que su prometida estaba embarazada, por lo cuál la Ley le obligaba a
lapidarla, para extirpar el adulterio de Israel. Si él asesinaba a su prometida no
podría evitar la difusión de aquel hecho que era conocido por todos los habitantes
de Nazaret. él amaba demasiado a María como para asesinarla, pero no podía
aceptar el hecho de convivir con un Hijo de María que le recordaría todos los días
de su vida la supuesta infidelidad de su esposa.
Dios tiene la solución ideal a todos nuestros problemas, pero, antes de
iluminarnos, pone a prueba nuestra voluntad, con el fin de que nos conozcamos.
Cuando con gran alegría nuestro Padre común vio que José en vez de querer
lapidar a su futura esposa decidió alejarse de su prometida secretamente, hizo que
un ángel le dijera que se casara con la hija de Ana, pues el fruto de su vientre
procedía del Espíritu Santo, por lo cuál había de creer que ella no le había sido
infiel.
José hubo de organizar su boda rápidamente antes de que Jesús naciera para
evitar las miradas burlonas y críticas de los nazaretanos, y para emprender el viaje
a Belén junto a su mujer, pues ambos habían de empadronarse cuando Tiberio, el
Emperador de Roma, realizó un censo, con el fin de obtener dinero para
subvencionar las obras imperiales.
A pesar de que José tenía medios suficientes para hospedarse en la posada de
Belén, Dios quiso que él viviera la terrible humillación de ver nacer a Jesús en una
cueva que los pastores utilizaban como establo, mientras que, según un relato
apócrifo, Dios gozó intensamente al nacer entre dos animales muy dóciles que
calentaron al Niño Dios con su aliento, una mula y un buey. Ojalá todos
comprendiéramos que en el mundo que vivimos no podemos prescindir unos de
otros, y por ello empezáramos a transmitirnos el afecto que ha de caracterizarnos
para que podamos aprender a compartir nuestras posesiones con quienes las
necesitan. José recibió una gran lección de amor y compañerismo de adversidad
cuando los pastores visitaron a la Sagrada Familia en la cueva de Belén.
La Profecía de Simeón hizo que nuestro santo sufriera mucho al saber que él no
sería partícipe del sufrimiento de Jesús y María porque tenía que morir antes de
que las personas que más amaba entraran en agonía. La vida del Patrón de la
Iglesia fue una gran lucha contra sus sentimientos, una gran resistencia contra la
idea de que su mujer le fue infiel en su juventud, un intenso esfuerzo para
aprender a amar a un Hijo que no fue engendrado como compendio del vínculo que
le unía a la mujer que amaba, y un esfuerzo constante por resistir a la miseria que
invadía al país de los judíos por causa de las diversas injusticias que se llevaban a
cabo en esa tierra.
Os copio un fragmento de la meditación que edité el día de la Sagrada Familia
con la pretensión de que podamos recordar cuál era la situación social que vivió la
Sagrada Familia de Nazaret:
"Son muchas las familias que tienen problemas graves. Muchos hijos no
comprenden la forma de pensar de sus padres, y muchos padres no pueden aceptar
la forma de proceder de sus hijos. Como ha sucedido siempre a lo largo de la
Historia, tenemos muchos problemas que afectan a nuestras relaciones de familia.
En los años en que Jesús vivió en Palestina, aquel país estaba dominado por los
romanos, los cuáles no se privaban de usar la violencia para someter a los judíos.
Igual que en el tiempo de Jesús, existen hombres capaces de hacer cualquier cosa
por aumentar su riqueza, y verse encumbrados en la más alta cima del poder. Al
igual que sucede en nuestro tiempo, el terrorismo estaba presente en el país de
Jesús, pues los zelotes siempre asesinaban a las víctimas que seleccionaban
cuidadosamente. Todos los contemporáneos de nuestro Señor estaban sometidos a
las percepciones religiosas de la clase sacerdotal, de igual forma que en nuestro
tiempo mucha gente vive sometida a los líderes espirituales que dirigen cuidadosa y
astutamente las sectas a que pertenecen. Muchos niños, jóvenes y adultos pasan
bastantes horas frente al televisor y el ordenador, obviando la posibilidad de
desarrollar su espiritualidad, impidiéndose a sí mismos el hecho de comunicarse con
sus prójimos.
Gracias a Dios estamos superando enfermedades que en el pasado eran mortales
y en nuestro tiempo carecen de importancia porque pueden ser curadas con una
facilidad muy relativa, pero, al sumirnos excesivamente en la observación de los
avances científicos, nos estamos construyendo un caparazón, y por ello cada día
nos sentimos más aislados. Me asombra mucho la debilidad que caracteriza a
quienes no son capaces de enfrentarse a sus dificultades. María no contó con la
ayuda de ningún psicólogo cuando temió que José la asesinara por haberle sido
supuestamente infiel. José no contó con ningún libro de autoayuda para borrar de
su alma el resentimiento letal que le causaba el supuesto acto de adulterio que
María cometió contra su persona. José y María no contaron con la asistencia social
que hubieran necesitado sin duda cuando tuvieron que huir a Egipto amparándose
en las tinieblas de la noche para salvar a Jesús de la muerte. ¿Por qué les
encomendó Dios la extraña misión de salvarle la vida a Jesús? ¿Cómo podría aquel
Niño salvar a su pueblo en el futuro si Dios lo puso en el mundo sin diferenciarlo de
otros niños, exponiéndolo a la muerte? En nuestro tiempo hay mucha gente
incapacitada para luchar y lograr sus objetivos. Cada día hay más gente que quiere
divorciarse. La Sagrada Familia resistió sus dificultades. No podemos decir que Dios
facultó a la Sagrada Familia con dones especiales para que resistiera
perfectísimamente sus problemas, así pues, es digno de recordar el malentendido
que les surgió cuando Jesús desapareció de la vista de los padres con motivo de la
celebración de la Pascua, pues sus progenitores creían que su Hijo estaba con
alguno de sus parientes" (José Portillo Pérez, punto 2 de la meditación editada en la
edición n.o 8 de Padre nuestro, con motivo de la celebración de la Sagrada Familia
el 26/12/2004).
José fue un regalo que Dios les hizo a Jesús y a María para que les protegiera y
les amara. José fue para sus familiares más queridos la imagen del Dios amante y
protector a quienes ellos se sometieron por designio divino y porque en aquel
tiempo los niños y las mujeres eran inferiores a los hombres, así pues, aunque no
dudamos del amor que José le manifestó a su Hijo, eran muchos los hombres que
tenían a sus hijos como si los mismos fueran sus esclavos.
José de Nazaret, por tu dolor, por tu aceptación de la paternidad de Jesús y de la
Iglesia, y por el amor y protección que le brindaste a María, pídele a Dios que,
independientemente de nuestras divisiones, todos nosotros aprendamos a ser
hermanos unos de otros, para que, a través del ejercicio de la caridad, veamos en
Dios a nuestro Padre verdadero, y por ello empecemos a vivir en esta tierra,
convirtiéndola en el Reino de Dios presente entre los miembros de nuestra Santa
Madre Iglesia. Amén.
José Portillo Pérez
joseportilloperez@gmail.com