PRIMERA SEMANA DE CUARESMA 2013
Martes
Mateo 6, 7-15
Breve Introducción
Nuestra plegaria no puede ser confeccionada de acuerdo a nuestra
voluntad. Nuestra plegaria no debe ser de muchas palabras sino con mucha
fe, esperanza y amor. La palabra “Padre” focaliza con luz divina la plegaria
que nos enseña Jesús nuestro hermano mayor.
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El Padrenuestro es la plegaria de Jesús que enseña a sus apóstoles y
en ellos a todos sus discípulos. De hecho este regalo resume toda su
enseñanza sobre la oración.
La primera sorpresa de la oración acepta a Dios es la simplicidad y la
familiaridad que salta como primera impresión. La simplicidad de la palabra
Abbá: Papito, es la expresión tierna y confidencial, confiada y amorosa del
niño para con su Padre. Esta simplicidad está lejos de la solemnidad que
precede a una larga introducción protocolar.
Sorprende por otra parte el contenido de la petición al Padre: pide
con cariñosa solicitud para que ya desde su mismo nombre, Dios sea
respetado, amado. Pide por el Reinado de Dios y por el cumplimiento de la
voluntad de Dios: su proyecto divino. Y esta solicitud por Dios no nos olvida
y se pide por nuestras necesidades: las fundamentales para una vida digna
y filial. Esta oración es de una maravillosa simplicidad y formidable
realismo.
Esta plegaria reúne armoniosamente el futuro de Dios y el futuro del
hombre, desde lo cotidiano no olvida lo infinito. Jesús en esta oración
presenta una ley inequívoca, clara y terminante: no podemos abrir nuestra
boca para solicitar de Dios su perdón, si a su vez no somos misericordiosos
con quien o quienes nos ofenden.