“Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino”
Lc 4, 24-30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. "LES ASEGURO QUE NINGÚN PROFETA ES BIEN RECIBIDO EN SU
TIERRA.”
En este Evangelio, las palabras de Jesús, advierten la incomprensión y la no aceptación de sus
palabras y sus ense￱anzas. El Evangelio, comienza “Cuando Jesús lleg￳ a Nazaret”, Ya había
corrido mucho su fama de persona que hace milagros y actos extraordinarios, hasta se debió
de hablar pensando en su mesianismo. Esto es lo que hace extrañarse a la gente de Nazaret,
que le escuchaba en la sinagoga. Las gentes veían en Jesús sabiduría y prodigios. Pero ¿de
dónde le venían, puesto que ellos conocían a sus padres y familiares? Acaso flotase ya en
ellos no sólo la extrañeza aldeana de no concebir a uno de los suyos superior a ellos, sino que
latiesen rumores de su mesianismo. Como el Mesías debería ser de origen desconocido, no
podía conciliarse con el conocimiento que ellos tenían de sus padres.
Sin embargo, los milagros están en primer plano, se habían divulgado mucho. La cita de
haber hecho muchos milagros en Cafarnaúm pudiera llevar agregado el celo de pueblos
rivales. Pero en el fondo de aquella argumentación late estrechez. Es lo que les responde con
el proverbio, "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.”
2. “PERO JESÚS, PASANDO EN MEDIO DE ELLOS, CONTINUÓ SU
CAMINO”.
Además va a notificarles el porqué de esto. El profeta obra en nombre de Dios los prodigios,
sin que esté, por lo mismo, sujeto a las exigencias de los hombres. Tal fue el doble caso
bíblico que les cita de Elías (1 Re 17:18ss) y de Elíseo (2 Re 5:1ss). Ambos profetas fueron a
realizar milagros fuera del mismo Israel: uno para remediar un hambre devastadora va a casa
de una viuda en Sarepta, en la región de Sidón, y el otro, para curar de lepra a Naamán, de
Siria, a pesar de que la lepra era ordinaria en Israel.
Dice el Evangelio: “Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se
enfurecieron”. Ante esto, la reacci￳n de los oyentes fue de un hostil tumulto. Veían a Israel
pospuesto a gentes no judías, por profetas. Y este rechazo del pueblo escogido, que
posiblemente interpretaron como una censura a ellos, les hizo abalanzarse sobre El y sacarle
del pueblo. “Y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la
colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intenci￳n de despe￱arlo” “Pero Jesús, pasando
en medio de ellos, continuó su camino”.
Podemos observar en este relato del Evangelio, que la actuación de Jesús desagradó
sumamente a los oyentes que no querían oír hablar de la buena noticia de su liberación
dirigida a los pobres, a los cautivos, a los ciegos y a los oprimidos, de una amnistía general de
Dios, del perdón otorgado a la humanidad entera, cancelando para siempre el léxico de la
venganza de las relaciones humanas, por eso al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga
se enfurecieron; aún más, se levantaron, y lo echaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta un
barranco de la montaña sobre la cual estaba construida la ciudad, con ánimo de despeñarlo.
3. “PERO ÉL, PASANDO POR EN MEDIO DE ELLOS, SE ALEJÓ DE ALLÍ”.
Jesús, resucitado, continúa hoy caminando en medio de la humanidad, especialmente entre
los pobres con la buena noticia, anunciando la liberación a los cautivos y en la curación de
los ciegos, como luz del mundo, dando libertad a los oprimidos y a proclamando el año de
gracia del Señor
"Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra”, Jesús se había puesto a
enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados, sin embargo
de entre sus mismos coterráneos, celosas palabras de admiración escandalosa brotan de ellos,
recordemos también que en una ocasión ellos le decían; "¿De dónde le vienen, decían, esta
sabiduría y ese poder de hacer milagros?. Esto que sucede en esta escena sigue siendo
habitual, no concebimos posible que alguien que convive con nosotros pueda ser mejor o que
tenga cualidades extraordinarias.
Siempre habrá grandes cualidades que admirar en las personas que nos rodean, y no tiene
sentido escandalizarse y entristecerse porque son mejores, ya que no podemos ser nosotros
los mejores en todos los aspectos, admirar cualidades de los demás es un hermoso
sentimiento, y para los envidiosos una amargura.
Entonces, hagamos un esfuerzo por captar lo bueno y positivo que hay en quienes nos rodean,
y así, buscar que en nosotros haya capacidad de admiración por la gente a la que conocemos.
4. JESÚS NOS HACE VER COMO NUESTRA CEGUERA ESPIRITUAL NO
NOS DEJA VER
Pero no podemos amar al Señor, si sentimos desprecio por algún hermano, especialmente, si
en el miramos su condición social, económica o racial. Hagamos un esfuerzo para no juzgar a
los demás por las apariencias, y sepamos ver en otros su coherencia de vida, la rectitud de su
espíritu, su calidad humana, capacidad de justicia, su sabiduría y que sea para nosotros un
ejemplo su camino de santidad.
Cuando estamos falto de fe, Jesús nos hace ver como nuestra ceguera espiritual no nos deja
ver su obras salvadora, Él nos está mostrando su voluntad y no somos capaces de verla, ¿será
porque está contrariando nuestros gustos?, ¿o nos está delatando nuestra soberbia? Muchas
veces el hombre busca a Jesucristo para servirse de Él, especialmente de su nombre, y cuando
no le es útil, lo rechaza. Jesús rompe todos los esquemas de esta vida temporal. “Jesús, paso
por medio de ellos”, porque prefiri￳ la antipatía antes que ceder en su mensaje de salvación, y
reprende a todo el que anda falto de fe.
Así, con la actitud de Jesús, aprendemos y nos animamos hoy, porque encontraremos
oposición en nuestro apostolado, pero no debemos desistir ni desanimarnos, al contrario, con
amor y gran caridad, mantengamos la adhesión incondicional a Cristo, sin dejar de mantener
la verdad del mensaje de Jesús, manteniendo integro su mensaje, dejando de lado los halagos
y complacencia a los que nos escuchan, pero siendo firme con sus enseñanzas.
El Señor les Bendiga