Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Ciclo C
Pautas para la homilía
Y vosotros ¿quien decís que soy yo?
La clave para comprender
Los libros litúrgicos se￱alan este día como “Domingo de Ramos en la Pasi￳n del
Se￱or”. Con esta expresi￳n la Iglesia nos proporciona la clave para comprender, en
su auténtica dimensión, los acontecimientos que hacemos presentes en las
celebraciones de los próximos días.
En las celebraciones litúrgicas la comunidad cristiana no recuerda hechos históricos
que han ocurrido en un punto geográfico concreto; “hace memoria” de
acontecimientos (”Kair￳s” paso de Dios) de la historia de la salvaci￳n. Hace
presente esa realidad misteriosa por la que se cumple lo afirmado por Jesús: “Yo
estaré con vosotros…”. Esta vivencia tendría que ayudarnos a “ilustrar a todos los
fieles la fuerza y belleza de la fe” (PF.4).
Aspectos de la celebración
Hay dos aspectos en esta celebración que se podrían hacer en dos momentos
distintos. Uno, animar a acompañar a Jesús en este camino de la entrada en
Jerusalén. (Breve homilía Ev. de la bendición de ramos). Otro, resaltar el valor que
tiene acompañarlo y sentirse acompañado por El en el camino de cada día como el
Siervo que se rebajó, pero que Dios lo exaltó. (Después del relato de la Pasión)
Hoy los cristianos hacemos presente el triunfo pasajero de Jesús. Celebramos y
bendecimos al que viene en el nombre del Señor. Es el siervo justo y humilde que
agrada al Padre y cumple su voluntad. Inicia así un camino de justicia y humildad
que sólo es creíble para la gente sencilla que le acompaña. Así es como se hace
posible que el Justo pueda acercarse a una humanidad dividida, esclavizada por los
efectos del pecado (injusticias, odios, hambre, paro violencia callejera, familia en
crisis…)
Alguien ha escrito que “un ‘Dios crucificado’ constituye una revoluci￳n y un
escándalo… el Crucificado no tiene el rostro ni los rasgos que las religiones
atribuyen al Ser Supremo “. Este Dios no permite una fe frívola y egoísta en un
Dios omnipotente al servicio de nuestros caprichos y pretensiones. Con El nos
encontramos cuando nos acercamos al sufrimiento de cualquier crucificado actual
por el sufrimiento de las injusticias y las maldades que existen en nuestro mundo.
“Y vosotros ¿quien decís que soy yo?
Por eso en estos días, tal vez y una vez más, tendríamos que preguntarnos quien
ese hombre que hace mas de dos mil a￱os formul￳ una pregunta: “Y vosotros
¿Quién decís que soy yo?”.
Nosotros los hombres y mujeres que vivimos en este siglo XXI somos muy
ilustrados en saberes, pero, con frecuencia, somos ignorantes en cosas de la fe.
Tenemos una cultura de “costumbres religiosas”, pero que no nos ayudan a tener
una vivencia profunda de nuestra fe. ¿Qué respuesta podemos dar a la pregunta
planteada por Jesús? ¿Seremos capaces de reconocer en Jesús a ese hombre que
cambió la imagen que tenían los judíos de Dios?
El Dios revelado por Jesús
El es quién nos ha revelado que Dios es un Padre, lleno de ternura y de
misericordia. El relato de la Pasión del Evangelista Lucas que leemos en este ciclo
resalta la confianza en el Padre y la petici￳n de misericordia para los “que no saben
lo que hacen” o para el buen ladr￳n “hoy estará conmigo…”
El es también el que siendo de condición divina, se hizo uno de nosotros para
salvarnos. El que establece que “nadie tiene amor más grande que el que da la vida
por sus amigos”.
“En esta perspectiva, el A￱o de la fe es una invitaci￳n a una auténtica y renovada
conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y
resurrección, ha revelado la plenitud del Amor que salva y llama a los hombres a la
conversi￳n de vida mediante la remisi￳n de los pecados (Cf. He 5,31)… La “fe que
actúa por el amor” (Gál 5,6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de
acci￳n que cambia toda la vida del hombre”. (Pf, 6)
Por todo lo dicho, la celebración del domingo de ramos y nuestra confesión de fe,
nos tendría que llevar a dar una verdadera respuesta a la pregunta de Jesús como
Pedro, aunque después lo neguemos: “Tú eres el Mesías”. O como el centuri￳n y
sus hombres: “Realmente este era Hijo de Dios”.
Que nuestro beso al Crucificado nos ponga siempre mirando hacia quienes, cerca o
lejos de nosotros, viven sufriendo.
Fr. Manuel Gutiérrez Bandera
Virgen del Camino (León)
Con permiso de: dominicos.org