EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Viernes de la quinta semana de Cuaresma
Libro de Jeremías 20,10-13.
Oía los rumores de la gente: "¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo
denunciaremos!". Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: "Tal vez se lo
pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza".
Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores
tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una
confusión eterna, inolvidable.
Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón,
¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa.
¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de
los malhechores!
Salmo 21(20),2-3.4-5.6-7.
Señor, el rey se regocija por tu fuerza,
¡y cuánto se alegra por tu victoria!
Tú has colmado los deseos de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Porque te anticipas a bendecirlo con el éxito
y pones en su cabeza una corona de oro puro.
Te pidió larga vida y se la diste:
días que se prolongan para siempre.
Su gloria se acrecentó por tu triunfo,
tú lo revistes de esplendor y majestad;
le concedes incesantes bendiciones,
lo colmas de alegría en tu presencia.
Evangelio según San Juan 10,31-42.
Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por
cuál de ellas me quieren apedrear?".
Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino
porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios".
Jesús les respondió: "¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses?
Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser
anulada-
¿Cómo dicen: 'Tú blasfemas', a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque
dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean;
pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y
sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre".
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos.
Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se
quedó allí.
Muchos fueron a verlo, y la gente decía: "Juan no ha hecho ningún signo, pero todo
lo que dijo de este hombre era verdad".
Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Comentario del Evangelio por:
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (Norte de África) y doctor de la
Iglesia
Sermón sobre el evangelio de Juan, n° 48, 9-11; CCSL 36, 417
Coger a Cristo
"Si la Ley llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede
fallar la Escritura, a quién el Padre envió y consagró al mundo, ¿decís vosotros:
¡blasfemas! Porque he dicho: yo soy el Hijo de Dios?" (Juan 10,35-36) ¿De hecho,
si Dios habló a los hombres para que sean llamados dioses, cómo la Palabra de
Dios, el Verbo que está en Dios, no sería Dios? ¿Si los hombres, porque Dios les
habla, son hechos partícipes de su naturaleza y llegan a ser dioses, cómo esta
Palabra, de la que les viene este don, no sería Dios?... Tú, tú te acercas a la Luz, y
la recibes, y te cuentas entre los hijos de Dios; si te alejas de la luz, te oscureces, y
te cuentas entre los hijos de las tinieblas (cf 1Tes. 5,5)...
"Creed a las obras. Para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo
en el Padre” El Hijo de Dios no dice “el Padre está en mí y yo en el Padre" en el
sentido en que los hombres pueden decirlo. En efecto, si nuestros pensamientos
son buenos, estamos en Dios; si nuestra vida es santa, Dios está en nosotros.
Cuando participamos en su gracia y cuando somos iluminados por su luz, estamos
en Él y Él en nosotros.
Pero reconoce lo que es propio del Señor y lo que es un don hecho a su servidor.
Lo que es propio del Señor es la igualdad con el Padre; el don concedido al
servidor, es participar en la Salvación. "Entonces intentaron detenerlo" ¡Si sólo lo
habían cogido - pero por la fe y la inteligencia, y no para atormentarlo y matarlo!
En este momento en que os hablo, todos, vosotros y yo, queremos coger a Cristo.
¿Prenderlo, en qué sentido? Vosotros lo cogéis cuando lo comprendéis. Pero los
enemigos de Cristo buscaban otra cosa. Vosotros cogéis para poseer, ellos querían
cogerlo para desembarazarse de él. Y porque querían cogerlo así, ¿qué hace Jesús?
"Escapó de sus manos". No pudieron cogerlo, porque no tenían las manos de la fe...
Verdaderamente cogemos a Cristo si nuestro espíritu coge al Verbo .
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”