SANTA MISA EN LA CENA DEL SEÑOR
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Centro Penitenciario para Menores "Casal del Marmo", Roma
Jueves Santo 28 de marzo de 2013
Esto es conmovedor. Jesús que lava a los pies a sus discípulos. Pedro no
comprende nada, lo rechaza. Pero Jesús se lo ha explicado. Jesús – Dios – ha hecho
esto. Y Él mismo lo explica a los discípulos: «¿Comprendéis lo que he hecho con
vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo
soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros
debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he
hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Jn 13,12-15). Es el ejemplo del
Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está
más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo,
¿no? Lavar los pies es: «yo estoy a tu servicio». Y también nosotros, entre
nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros,
pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros. A
veces estoy enfadado con uno, o con una... pero... olvídalo, olvídalo, y si te pide un
favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo
que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como
obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo
amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñando. Pero
también vosotros, ayudadnos: ayudadnos siempre. Los unos a los otros. Y así,
ayudándonos, nos haremos bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los
pies y pensemos: que cada uno de nosotros piense: «¿Estoy verdaderamente
dispuesta o dispuesto a servir, a ayudar al otro?». Pensemos esto, solamente. Y
pensemos que este signo es una caricia de Jesús, que Él hace, porque Jesús ha
venido precisamente para esto, para servir, para ayudarnos