MONS. RUBEN OSCAR FRASSIA
CRISTO HA RESUCITADO!
¿POR QUE BUSCAN ENTRE LOS MUERTOS A AQUEL QUE ESTA VIVO?
El misterio de la Pascua explota en el centro de la humanidad.
Cristo que ha asumido el pecado del mundo, se ha ofrecido por amor al Padre en su
sacrificio. Éste pagó por todos nosotros. Ha vencido, por medio de su vida, al
pecado y a la consabida muerte. La historia ha cambiado. Ha sido una verdadera
revolución. La fe sobrenatural es parte esencial de la orientación y destino de todos
los hombres. Se ha abierto la esperanza y el misterio del hombre se expresa en el
verdadero sentido de la palabra: la preeminencia del amor, el amor que no tiene
límites, que no tiene fronteras, que es capaz de superar todo: el individualismo, el
egoísmo y toda superficialidad del consumo y del relativismo.
¡No tengan miedo! ¡Soy yo! Su presencia ha modificado el sentido
de nuestra vida. Ha abierto las puertas de la trascendencia, nos lleva a vivir lo
infinito, lo eterno, de modo cercano. También a nosotros nos da la posibilidad de la
resurrección. Para los creyentes la vida no queda igual.
Sumado a esto, estamos viviendo un acontecimiento histórico,
inédito y muy especial. El Santo Padre, Francisco, era el Cardenal Bergoglio,
primado de la Iglesia en Argentina. El Papa es argentino. ¡Cómo Dios nos ha
honrado, distinguido y bendecido! A la vez nos exige una adecuada y ponderada
respuesta. La distinción crea responsabilidad. Pero no podemos olvidar, pues sería
injusto, el Papa Francisco ha sido elegido sucesor de Pedro, porque otro gran Papa,
Benedicto XVI, hombre de fe, ha sabido reconocer sus límites, por su disminución
“física”, a causa de la avanzada edad, que no se corresponde con el ejercicio del
ministerio petrino, dijo él, presentó libremente su dimisión. Hombre grande,
hombre libre, hombre que nos ha enseñado, más que todos a saber que la Iglesia
no la llevan los hombres, sino Jesucristo. Por esta única razón, todos nosotros
debemos centrar nuestra vida y apostolado en la configuración a Cristo. Tener de
nuevo sus sentimientos. Revestirnos y hacer carne el Evangelio, imitar su vida,
que es buscar siempre la voluntad del Padre.
La lógica humana tiene sus límites: la humildad, la verdad y el
amor. Estos valores deben acuñar todo nuestro accionar humano y cristiano. No
podemos tener otro camino. Así será posible vivir como hijos y como hermanos. Sí,
de nuevo, esta realidad es posible. Él nos compró con su vida y nos devolvió la paz.
Será posible vivir la paz en la medida que Él esté presente en todos nuestros
ámbitos: lo personal, lo familiar, lo eclesial y la incidencia en el comportamiento
social. No hay otro camino. Ya se ha definido la historia. Jesucristo es Señor de la
vida y Señor de la historia.
Les deseo de corazón una fuerte y una feliz Pascua de
Resurrección, para cada uno de ustedes, para todas las comunidades y para las
personas de buena voluntad.
Mons. Rubén O. Frassia
Obispo de Avellaneda-Lanús