EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor C
Libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43.
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: "Verdaderamente, comprendo que Dios
no hace acepción de personas,
Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después
del bautismo que predicaba Juan:
cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. El
pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del
demonio, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén.
Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara,
no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que
comimos y bebimos con él, después de su resurrección.
Y nos envió a predicar al pueblo, y atestiguar que él fue constituido por Dios Juez
de vivos y muertos.
Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben
el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre".
Salmo 118(117),1-2.16-17.22-23.
¡Aleluya!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!
la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas".
No, no moriré: viviré
para publicar lo que hizo el Señor.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos.
Carta de San Pablo a los Colosenses 3,1-4.
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo
está sentado a la derecha de Dios.
Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.
Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en
Dios.
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también
aparecerán con él, llenos de gloria.
Evangelio según San Juan 20,1-9.
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María
Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les
dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y
llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en
el suelo,
y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas,
sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y
creyó.
Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre
los muertos.
Comentario del Evangelio por:
Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en
Inglaterra
Sermón “La dificultad en realizar los privilegios sagrados”, PPS, t. 6, n°8
Este es el día
"Este es el día en que actu￳ el Se￱or, sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal.
117,24)... Como cristianos nacimos para el Reino de Dios desde nuestra más tierna
infancia... pero, aun siendo conscientes de esta verdad y creyendo plenamente,
tenemos muchas dificultades en acoger este privilegio y pasamos largo tiempo en
comprenderlo. Nadie, por supuesto, lo comprende plenamente... Y hasta en este
gran día, este día entre los días, donde Cristo resucita de entre los muertos...
nosotros estamos como recién nacidos... a los que les faltan ojos para ver y un
corazón para comprender quiénes somos verdaderamente... Este es el dia de
Pascua, repitámoslo una y otra vez, con un respeto profundo y una gran alegría.
Como los niños cuando dicen: " Ha llegado la primavera " o " mirad el mar ", para
expresar la idea..., digamos: " he aquí el día entre los días, el día real (Ap. 1,10
griego), el día del Señor. He aquí el día en que el Cristo ha resucitado de entre los
muertos, el día que nos trae la salvación".
Este es el día que nos trae lo más grande que podemos comprender. Es el día de
nuestro descanso, nuestro verdadero sábado; Cristo ha entrado en su descanso (He
4), y nosotros con Él. Este día nos conduce, en prefiguración, a través de la tumba
y las puertas de la muerte, hasta el tiempo del descanso en el seno de Abraham
(Hech. 3,20; Lc 16,22). Estamos bastante cansados de la oscuridad, el cansancio,
la tristeza y el remordimiento. Estamos bastante cansados de este mundo
agotador. Estamos cansados de sus ruidos y su jaleo; su mejor música, es sólo un
ruido. Pero ahora reina el silencio, y es un silencio que habla...: tal es nuestra
suerte en lo sucesivo. Hoy es el comienzo de días tranquilos y serenos, en los que
podemos escuchar a Cristo, con su " voz dulce y tranquila " (1R 19,12), porque el
mundo ya no habla más.
Despojémonos de este mundo, y revistámonos de Cristo (Ef. 4,22; Rm 13,14)...
¡Esforcémonos en desvestirnos así, para revestirnos de cosas invisibles e
imperecederas! Esforcémonos en crecer en gracia y en el conocimiento de nuestro
Señor y Salvador, día a día, año tras año, hasta que nos lleve con Él... en el Reino
de su Padre y nuestro Padre, de su Dios y nuestro Dios (Jn 20,17).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”