VIGILIA DE SANTA MARIA DE MONTSERRAT 2013
Palabras del P. Abad Josep M. Soler
26 de abril de 2013
La Vigilia de Santa María es como un encuentro de familia, de la familia de la Iglesia
que peregrina en Cataluña y que tiene como Patrona a la Virgen de Montserrat. Este
año, esta familia está constituida por una asamblea numerosa y muy representativa.
Nos preside el Sr. Obispo Agustí, de nuestra diócesis de Sant Feliu de Llobregat,
acompañado por el Sr. Obispo Francesc, de Girona, de muchos sacerdotes y diáconos
así como de los monjes y de los escolanes. Tenemos entre nosotros el M. H.
Presidente de la Generalidad y de otras autoridades, que se unen a los numerosos
peregrinos venidos de toda Cataluña para venerar a Santa María, entre los cuales hay
muchos jóvenes. Además, hay otra personas que se une a nuestra Vigilia a través de
los medios de comunicación.
La Vigilia de Santa María en Montserrat es cada año un momento intenso de
comunión eclesial y de conciencia cívica en bien de nuestro país, pero con un espíritu
abierto al mundo. Es un momento de encomendar a la Virgen de Montserrat todas las
necesidades y de retomar el aliento para continuar después nuestra labor. Este año, y
de una manera especial, llevamos todos en el corazón la situación difícil de tanta
gente que sufre los efectos de la crisis, que se encuentra en el paro, que debe afrontar
desahucios, de tantos jóvenes que no ven una salida laboral, y tantas otras realidades
que conllevan angustia y sufrimiento. Llevamos, también, en el corazón, el momento
presente, lleno de dificultades, y también de esperanza, que vive Cataluña, con el
deseo de que pueda ver reconocidos y protegidos sus derechos nacionales, con la
esperanza de que encontremos caminos de diálogo más efectivo y de un consenso lo
más amplio posible para resolver la situación de una manera razonable y constructiva.
Es un trabajo a nivel social, económico y cívico que debe hacer toda la sociedad.
Pero necesitamos, también, que Dios nos ilumine y nos dé coraje. Por eso acudimos a
Santa María, pidiendo que con su intercesión avale nuestra oración. Ella, en este año
de la fe, nos invita a fijar nuestra mirada en Jesús, su Hijo, repitiéndonos aquella frase
que dijo a los que servían en las bodas de Caná: "Haced lo que él [Jesús] os diga”. Es
decir: tomad como guía su Evangelio. En el Evangelio de Jesús encontramos pautas
para afrontar con coraje los desafíos actuales de la economía, de la pobreza, del
medio ambiente, del desarrollo humano, de los derechos de las personas y de los
pueblos. Buscando la unidad en las cosas fundamentales podremos superar los
conflictos. Por ello, todos, cada uno desde sus tareas, nos debemos sentir
responsables los unos de los otros, particularmente de los pobres, de los que son más
vulnerables; todos debemos sentirnos responsables de construir una sociedad más
justa, de encontrar los caminos para un desarrollo más pleno de nuestra realidad
nacional en solidaridad con los otros pueblos. El Evangelio de Jesús nos ayuda a
afrontar los retos con coraje, sin miedo, porque sabemos que Jesucristo resucitado
está con nosotros y nos ayuda a trabajar a favor de todas las causas justas.
En esta Vigilia es tradición que, junto con el pan y el vino para la celebración de la
Eucaristía, representantes de diversas entidades hagan una ofrenda para las lámparas
que trajeron continúen ardiendo en esta basílica como un recuerdo permanente, como
una invocación hecha luz, ante la Santa Imagen de nuestra Patrona. Este año, como
podéis ver, las lámparas brillan con un resplandor más intenso; al contemplarlas,
debemos pensar que nuestra vida debe hacer resplandecer la luz que nos viene de
Cristo resucitado.
Esto podrá ser así si procuramos hacer todo lo que Jesús nos dice en su Evangelio tal
como lo hizo su Madre, Santa María. Que ella nos lleve siempre en su solicitud
maternal. Que lleve a todo el pueblo catalán, para que también en nuestros días se
haga realidad lo que pide una estrofa del Virolai: “Mística font de l’agua de la vida,
rageu des del Cel al cor de món país; dons i virtuts deixeu-li per florida; feu-ne, si us
plau, el vostre paradís”. ("Mística fuente del agua de la vida, enviad desde el Cielo en
al corazón de mi país; dones y virtudes dejadle por cosecha; haced de él, por favor,
vuestro paraíso ".)