Comentario al evangelio del Lunes 06 de Mayo del 2013
Queridos amigos:
Testimonio y persecución. Dos claves para este día. Dos claves para la vida. ¿Cómo se articulan?
Persecución a causa del testimonio. Testimonio en la persecución.
El testimonio de Lidia. Una mujer que ya se reunía con otras mujeres para orar antes de que llegara
Pablo y que creía en el Dios verdadero. Con ella se bautizan todos los suyos, con la fuerza que tienen
todas las madres de ser sembradoras de vida, aglutinadoras de familia. No importan las dificultades que
a partir de ahora puedan sobrevenir. La prueba de fe es la aceptación de la hospitalidad. Compartir la
mesa y el techo. "Y nos obligó a aceptar". Bueno, parece que Lidia les ayudó a decidir. ¿No os
recuerda a tantas madres deshechas en atenciones, a tanto corazón hospitalario entregado al máximo?
¿Acaso hay testimonio mejor?
Quizá sí. El testimonio en medio de la persecución. Como los primeros cristianos, como tantos
cristianos. "Llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte, pensará que da culto a Dios". Cuando
leo esta frase cuánto dolor se me condensa en el corazón. Qué miedo me da cuando el otro día aparecía
una fotografía de Le Pen con un crucifijo en la mano o echando un discurso junto al monumento de
Juana de Arco. Uno se estremece cada vez que ve manipular los símbolos religiosos en favor de
intereses políticos, económicos, militares. Pienso en los muchos que a lo largo de la historia creyeron
que al enarbolar la espada, el fusil, el tanque o la bomba en su pecho estaban dando culto y gloria a
Dios. ¡Qué equivocados! La gloria del Dios es que el hombre viva. Pero la frase de san Ireneo no se
queda ahí, sino que continúa: vita hominis visio Dei. La vida del hombre es la visión de Dios. Y quien
ve al Hijo, ve al Padre. Miremos a Jesús. Aún en medio de la persecución. Ése será nuestro mejor
testimonio.
Vuestro amigo.
Carlos M.
Carlos M.