Comentario al evangelio del Jueves 23 de Mayo del 2013
Queridos amigos:
Es sabido que el Nuevo Testamento nunca se refiere a los ministros de la comunidad con el término
"sacerdote". Éste se reserva para todo el pueblo y, de manera especial, para Jesucristo. Él es el único
sacerdote, aquel que ha realizado plenamente la mediación entre Dios y los hombres. Este es el
misterio que celebramos en la liturgia de hoy.
Creo que para entenderlo un poco mejor es conveniente recordar algunos datos obvios.
Jesús, en su vida terrena, no fue un sacerdote del templo de Jerusalén. No ejerció tareas sagradas. Fue
un hombre del pueblo. Su sacerdocio, por lo tanto, no tiene un significado ritual ni profesional. Si
hablamos de él en estos términos es porque su vida entera fue un ofrecimiento a la voluntad del Padre.
Él fue un sacerdote de la vida y con su vida. El pan partido y el vino derramado condensan esta
existencia entregada. En este sentido podríamos decir que el sacerdocio de Cristo es una eucaristía
plena.
Vuestro amigo:
Fernando
Fernando Gonzalez