Ciclo C: Solemnidad. Santísima Trinidad
Antonio Elduayen, C.M.
Queridos amigos
Todo viene del Padre Dios y va a Él. Y viene y va en y con Jesucristo por la acción
del Espíritu Santo. Es lo que con otras palabras nos dice el evangelio de hoy (Jn.
16, 12-15), en relación la Santísima Trinidad, cuya fiesta estamos celebrando. Dios
es tres Personas: Padre, Hijo, que se hizo hombre en Jesucristo, y Espíritu Santo.
Tres Personas, que son diferentes, pero que están a lo mismo: su comunión en el
amor y el bien que hacen a los hombres… Para expresar todo esto los cristianos nos
santiguamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Como señal de
nuestra fe en el Dios Unitrino, que nos reveló Jesucristo; y como ofrecimiento de
cuanto hacemos y nos disponemos a hacer, para que Él lo bendiga (desde la
levantada en la mañana hasta nuestra oración antes de dormirnos, incluido el
sueño).
Fuimos bautizados y nacimos a la vida divina en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, y desde entonces somos trinitarios y entramos en una relación muy
especial y marcada con cada una de estas tres Divinas Personas. Con cada una y
con la comunión de las mismas, que llamamos Santísima Trinidad. Esta relación con
la Santísima Trinidad es lo fundamental y específico del cristiano y de nuestra
religión cristiana. Es lo que nos da identidad (como cristianos) e identificación
(frente a las demás religiones). Es decir, es lo que marca trinitariamente nuestra
vida (la oración, la vida espiritual, el comportamiento en el mundo, etc.), y es lo
que nos diferencia de todos los otros credos.
Ser cristiano es creer que Dios es uno en naturaleza y trino en Personas, las que,
según nos enseñó Jesús, llamamos Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mt 28, 19). No
creer esto es no ser cristiano, aunque se crean otras cosas sobre Cristo. (Es el caso
de los Testigos de Jehová y de los Mormones). Creer esto es ser cristiano. Por eso,
respetando la fe en Dios de todos los hombres, nos esforzamos en llevarlos al
conocimiento del Dios que Jesucristo nos reveló (Jn 17,3). Respetamos la fe de
cada persona, pero no aceptamos el relativismo de quienes dicen: qué más da, con
tal de que crean en Dios… Es bueno que crean en Dios, pero no basta, tienen que
creer en el Dios verdadero.
Les decía antes que para ser y actuar como cristianos tenemos que vivir refiriéndolo
todo al Padre, al Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo. Y practicando el ser uno en la
diversidad y el actuar como equipo (uno para todos y todos para uno), como pasa
en Dios Trinidad. Lamentablemente muy pocas veces vivimos así, por lo que en la
práctica nos diferenciamos muy poco de los no cristianos. Veamos el caso de la
oración. Para que una oración sea cristiana tendrá que dirigirse al Padre Dios, en
Jesucristo, por medio del Espíritu Santo. Sin estas referencias, explícitas o
implícitas, nuestra oración será como la de un musulmán o la de un budista… ¿No
será por eso que
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)