SEXTO DOMINGO DE PASCUA
(Ciclo C)
Padre Jorge López Teulón
Durante la Última Cena, antes de afrontar los acontecimientos dramáticos de
la pasión y muerte en la cruz, Jesús promete a los Apóstoles el don del Espíritu. El
Espíritu Santo tendrá la misión de enseñar y recordar sus palabras a la comunidad
de los discípulos. El Verbo encarnado, a punto de volver al Padre, anuncia la venida
del Espíritu Santo, que ayudará a los discípulos a comprender a fondo el Evangelio,
a encarnarlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante a través de su testimonio
personal 1 .
Desde entonces, los creyentes continúan siendo guiados por el Espíritu Santo.
Gracias a su acción comprenden, cada vez con mayor conciencia, las verdades
reveladas. Esto lo subraya el Concilio Vaticano II a propósito de la tradición viva de
la Iglesia, que con la ayuda del Espíritu Santo… camina a través de los siglos hacia
la plenitud de la verdad divina, hasta que se cumplan en ella plenamente las
palabras de Dios ( Dei Verbum 8).
Ya desde los comienzos, la comunidad apostólica de Jerusalén se siente
responsable de conservar fielmente el patrimonio de verdad que Jesús le ha dejado.
También es consciente de poder contar con la asistencia del Espíritu Santo, que
guía sus pasos; por eso, recurre dócilmente a Él en cada ocasión. Lo vemos,
asimismo, en la narración de la primera lectura de hoy, tomada del libro de los
Hechos de los Apóstoles .
Pedro, Santiago, Pablo y los demás Apóstoles son plenamente conscientes de la
tarea que les ha confiado el Señor. Deben proseguir su misión salvífica con
generosa disponibilidad al Espíritu Santo, para que por doquier se difunda el
Evangelio, semilla de nueva humanidad. Esta es la lección que nos da hoy la
Palabra de Dios: cómo nosotros, invocando al Espíritu Santo, preparando la ya
cercana celebración de Pentecostés, le pedimos auxilio para nuestra debilidad,
fortaleza para ser sus apóstoles, para evangelizar, para recrear en el mundo esta
nueva humanidad. Esta es una condición indispensable para que el reino de Dios
avance por los caminos de la historia.
Y así, por ejemplo, lo comprobamos reflejado en San Eugenio de Mazenod
(1782-1861), cuya santidad celebra mañana la Iglesia. Se le reconoce como la
figura más sobresaliente de la Historia de la Iglesia en Francia desde la Revolución
Francesa hasta nuestros días. Fundó en 1816 la Congregación de Misioneros
Oblatos de María Inmaculada.
1 JUAN PABLO II, Homilía en la parroquia romana de la Asunción de la Virgen María, 17 de mayo de 1998.
Un autor italiano, Stefano Maria Paci, escribe: ¡Qué singular sensación se siente
hojeando el álbum de fotos de los Oblatos de María Inmaculada! Está el padre
Urban Figge con sus parroquianos entre los hielos de Groenlandia; está el padre
Mieczyslav Fidyka mientras asiste impasible, en la iglesia del lago de Santa Ana, en
Edmonton (Canadá), a danzas litúrgicas que llevan a cabo durante la eucaristía
indios de Ontario con sus plumas de colores; está el padre Tom Hayes, capellán de
los enfermos de sida en San Francisco, con sus asistidos; y están los sacerdotes y
trabajadores de la Radio boliviana Pío XII, la Voz de los mineros , la emisora que ha
sufrido más atentados en el mundo con bombas por sus posturas sobre los
problemas sociales. Quisiera poder ofrecer misioneros al mundo entero, había dicho
en el siglo XIX Eugenio de Mazenod.
En sus escritos fundacionales podemos leer:
¿Qué debemos hacer nosotros para lograr reconquistar para Jesucristo
tantas almas que han sacudido su yugo? Trabajar seriamente en ser
santos : seguir valientemente las huellas de tantos apóstoles que nos han
dejado tan bellos ejemplos de virtudes en el ejercicio de un ministerio al que
estamos llamados como ellos; renunciar totalmente a nosotros mismos;
tener como única mira la gloria de Dios, la edificación de la Iglesia, la
salvación de las almas; renovarnos continuamente en el espíritu de nuestra
vocación…; y luego, llenos de confianza en Dios, lanzarnos a la lucha y
combatir hasta la muerte para mayor gloria de Dios. ¡Qué campo tan
extenso! ¡Qué noble empresa! 2
Y mirad, solamente esta última semana encontramos nuevas páginas hermosas,
escritas por hermanos nuestros que han derramado su sangre testimoniando el
amor a Jesucristo en el empeño de la evangelización.
En la India, este mismo martes, tres religiosos salesianos eran brutalmente
asesinados, víctimas de unos milicianos separatistas de la región. Las escuelas
católicas de la zona de Imphal han sufrido en los últimos meses la extorsión de los
grupos armados separatistas.
En Hanoi, Vietnam, el régimen comunista continúa persiguiendo a los disidentes
religiosos. El sacerdote Thadeus Nguyen Van Ly, promotor desde noviembre de
2000 de una campaña pro libertad religiosa en Vietnam, fue arrestado el jueves,
mientras se preparaba para celebrar la Misa.
Sucede en estos mismos días. Con idéntica realidad que en siglos pasados, con el
mismo empeño con que los apóstoles salieron del Cenáculo para evangelizar por
todas partes, hasta dar la vida.
2 Roger ETCHEGARAY, Eugenio de Mazenod. Un corazón grande como el mundo, p.70 (Madrid 1999).
Nos lo dice hoy Jesús en el evangelio: Os lo digo ahora, para que estéis
preparados. Que no tiemble vuestro corazón. No seáis cobardes. Estoy a vuestro
lado, estoy con vosotros. Os envío al Espíritu Santo. Preparad vuestro corazón para
evangelizar, para decir a todos que Cristo ha resucitado de entre los muertos.
Desde hace unos años, en este VI domingo de Pascua la Iglesia celebra el Día
del enfermo . Este año la campaña ha elegido a los niños enfermos como tema de
reflexión y propuesta a la comunidad cristiana y a la sociedad. El cardenal Ricardo
María Carles 3 afirma que la vida humana no pierde valor ante la enfermedad o la
proximidad de la muerte.
Sois muchos los que en vuestras casas, por la radio seguís esta u otras
eucaristías, o la de la televisión, postrados por la enfermedad. Constantemente,
domingo tras domingo, traemos a este altar vuestros sufrimientos y dolores,
vuestros nombres: los de tantos que escribís para expresar vuestra sintonía con
nosotros, y los de tantos otros...
Ante el misterio del sufrimiento humano, la fe en Cristo resucitado nos lleva a
creer que el sufrimiento no tiene la última palabra, que puede ser vivido como una
experiencia salvífica y como una oportunidad constante para el amor.
Antes de terminar, quiero recordar algo que vuelve a ser noticia en nuestra
vida, y por lo que tenemos que seguir rezando con empeño para que no se
consume en nuestra nación. La legalización de la eutanasia en Holanda ha
provocado la petición por parte de algunos partidos políticos de la eutanasia en
España.
Sin ir más lejos, la ministra de Sanidad y Consumo anunció esta semana en el
Senado que el gobierno va a encargar al Centro de Investigaciones Sociológicas una
encuesta en la que se solicitará a los españoles su opinión sobre la eutanasia y su
posible aplicación. Mientras llegan los resultados, le suplicamos al Gobierno que se
lea el documento La eutanasia: cien cuestiones y respuestas sobre la defensa de la
vida humana y la actitud de los católicos , del Comité Episcopal para la Defensa de
la Vida, publicado en el año 1993.
Y que no comience ya el rosario de confusiones, hablando primero de lo que ya
tenía que estar más que claro y que la Iglesia es la primera en denunciar, como es
el ensañamiento terapéutico en pacientes en fase irreversible. Una cosa es esto y
otra es la eutanasia...
Autorizar la eutanasia equivale a reconocer que hay vidas que no valen la pena,
equivale a transmitir el mensaje de que en nuestra sociedad hay ciudadanos que,
por sus circunstancias, es mejor que no existan.
3 Ricardo Mª CARLES, Carta dominical La eutanasia, una ruptura cultural. 17-5-01.
En Alemania, el presidente, Johannes Rau, ha declarado: En cada país hay
diferentes postulados y nosotros hemos de encontrar nuestra propia vía. Se
observa y se evalúa lo que los otros hacen, pero no vale decir simplemente: si ellos
lo hacen nosotros también. Y ha recordado que durante el nazismo en Alemania
existía un programa estatal de eutanasia y que algunos investigadores que
participaron en este programa no lo hicieron por afinidad ideológica, sino por el
hecho de considerar que todo estaba permitido. Por esto, la política ha de
establecer los límites de la ciencia.
Holanda ha roto un tabú peligroso por el hecho de autorizar que terceras
personas puedan poner fin a una vida humana.
Es necesario, como en tantos otros temas, hacer una defensa clara de la vida, y
romper esa “cultura de muerte” que algunos se empeñan en establecer. Y pedirle a
Dios, como singular protector en las enfermedades, que muestre el poder de su
auxilio, sobre todo en sus hijos enfermos; para que, aliviados por la misericordia
divina, vuelvan sanos y salvos a la Iglesia y alaben a Dios, ahora postrados en su
dolor y siempre en acción de gracias por la vida; esta vida que ahora vivimos y que
nos llevará, cumpliendo los mandamientos y amando a Dios sobre todas las cosas,
a la vida eterna, a la vida que no pasa, a la salvación definitiva.