X Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
. Dios y la Política
En varias oportunidades he tratado este tema. En los cristianos de hoy la formación
socio-política, en clave cristiana, sigue siendo un tabú o una deuda pendiente con el
resto de la Iglesia y con la sociedad en la que viven y por supuesto con Jesucristo y
su conciencia. En la generalidad de los miembros de la Iglesia el compromiso social
no entra en el compromiso cristiano. Y así la Argentina, en crisis generalizada, no
es tema de conciencia de la ciudadanía cristiana. Para la mayoría de los católicos la
“culpa” de la hambruna argentina la tienen los malos políticos… ó el gobierno de
turno.
La consecuencia de la indiferencia y la inoperancia social política de los creyentes
en Dios de Jesucristo ha llegado a tal punto que ya emerge un neo ateismo
construyendo una sociedad violenta, dividida, decadente con alarmantes focos de
corrupción. En una palabra inhumana. Esta realidad no es producto de la voluntad
de ningún grupo o sector político. Nadie pretende una sociedad violenta dividida,
decadente, corrupta. Pero la sociedad es el resultado de relaciones humanas y las
relaciones humanas están animadas, orientadas por pensamientos, por
sentimientos, por aspiraciones o ideales.
¿Qué pensamientos y sentimientos son los que animan las relaciones sociales y
políticas de la Argentina de hoy? Las relaciones ciudadanas de los habitantes en la
Argentina naciente estuvieron animados y en forma explícita en el Dios de
Jesucristo. Por eso, queda consignado en el preámbulo de la Constitución de la
Nación que Dios es fuente y de toda razón y justicia… Vale decir que nuestros
Constituyentes reconocieron como verdad fundante de una sociedad humana y
humanizante la existencia real de Dios creador del ser humano a imagen y
semejanza suya. Entendieron que una sociedad sin el verdadero Dios es una
sociedad que se desmorona. Todo intento por buena voluntad que se suponga es
frustrante y termina siendo inhumano. No se trata de que Dios castiga a esa
sociedad porque no es reconocido. La causa del desmoronamiento o decadencia o
corrupción es que se pretender construir sin Dios, sin Jesús. La realidad es lo que
es y no cómo se la imagina o se la piensa o querría que fuera “a gusto y paladar”
según el dicho popular. Nuestros compatriotas que forjaron los principios de
nuestra Patria y la plasmaron en la Constitución reconocieron a Dios Creador y en
consecuencia han reconocido que los seres humanos estamos creados a su imagen
y semejanza. Por eso, concluyen que una sociedad que pretenda construirse en
forma humana y humanizante ha de construirse atendiendo en primerísima
instancia a la realidad de Dios…de Dios que se hizo conocer por el mismo
Jesucristo, como comunidad, como familia, como comunión de amor de tres
personas.
Nuestros primeros Constituyentes creyendo desde su Fe Cristiana que Dios es
Padre-Hijo-Espíritu Santo comprendieron que todas la relaciones humanas han de
llevar el sello del Dios cristiano si se pretende formar una sociedad fruto de
comunión de personas unidas buscando el bien común desde el bien de cada
persona y no un conglomerado de individuos enfrentados unos contra otros en
forma caótica, porque busca y por cualquier medio tan solo el propio bien.
El compromiso socio-pólitico de los cristianos no es competitivo. Es un aporte de
fraternidad para construir una sociedad de hermanas y hermanos que reflejen en
sus relaciones ciudadanas la bondad y justicia de Dios en quién creen. La Fe
Cristiana no es una expresión meramente religiosa. Es participativa. El
auténtico creyente en el Dios de Jesucristo, transforma su historia humana
en imagen y semejanza de Dios-Amor. La Fe cristiana es una actitud
humana con densidad divina , tema de próximas homilías.
Miguel Esteban Hesayne – Obispo
mehm@fibertel.com.ar