Comentario al evangelio del Sábado 22 de Junio del 2013
Hay un tema recurrente en muchas películas. Narran las peripecias que tiene que seguir el
protagonistas, sus luchas y sufrimientos, hasta conseguir que la justicia reivindique los derechos
violados, propios o de otros. La cuestión es que por el medio de la trama siempre hay un momento en
el que el protagonista sufre las consecuencias de su actitud –ponerse a luchar en favor de sus derechos
violados o los derechos de los otros– en carne propia. Es el momento de las amenazas, de las
consecuencias para la vida familiar. Es el momento de la pasión, de la dificultad, del no ver resultados.
Luego llega el final de la trama que en las películas suele ser bueno. La justicia triunfa.
La vida suele ser más complicada. Algunos han llegado a ese final en que la justicia sale triunfante.
Otros han caído en el camino. Unos, desanimados por el intento de luchar contra gigantes. Otros,
directamente asesinados por los que tienen las llaves del poder.
En el Evangelio Jesús dice que tenemos que buscar “el reino de Dios y su justicia; lo demás se os
dará por añadidura” y que no se puede servir al mismo tiempo “a Dios y al dinero.” Es cierto. En la
vida tenemos que elegir de qué lado nos ponemos.
La cuestión es que en realidad hay tres posiciones posibles. La de los malos. Son los que se
aprovechan de los demás, los que manipulan y abusan buscando su propio y egoísta interés. También
está la de los que se oponen a estos. Son los que luchan por la justicia y se dejan, demasiadas veces, la
piel en el intento. La suya es una posición difícil, complicada. Lleva consigo dolor y sufrimiento. Pero
a ellos se les dará todo lo demás. Y siempre sentirán esa felicidad profunda de saber que hacen lo que
tienen que hacer.
Lo malo es que la mayoría estamos en la tercera. La de los que miramos desde la barrera, desde el
graderío lo que hacen los otros. A veces, hasta nos solidarizamos con los que luchan por la justicia.
Pero no movemos un dedo. Sin darnos cuenta de que esta posición es cómplice con la primera. En la
práctica hemos preferido la comodidad y dejar hacer. Esta actitud tiene muy poco que ver eso de
“buscar el reino de Dios y su justicia.”
Fernando Torres Pérez cmf