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Día litúrgico: Viernes XII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mt 8,1-4): En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte,
fue siguiéndole una gran muchedumbre. En esto, un leproso se acercó y se postró
ante Él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme». Él extendió la mano, le
tocó y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. Y Jesús
le dice: «Mira, no se lo digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta
la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio».
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La fe es un confiado entregarse a un “Tú” que es Dios
Hoy, ¿qué significa creer? Es necesaria una renovada educación en la fe, que
comprenda ciertamente un conocimiento de sus verdades y de los acontecimientos
de la salvación, pero que sobre todo nazca de un verdadero encuentro con Dios en
Jesucristo, de amarle, de confiar en Él, de forma que toda la vida esté involucrada
en ello.
Hoy, junto a tantos signos de bien, crece a nuestro alrededor también cierto
desierto espiritual. A veces las ideas mismas de progreso y bienestar muestran
igualmente sus sombras. Cierto tipo de cultura, además, ha educado a moverse
sólo en el horizonte de las cosas, de lo factible; a creer sólo en lo que se ve y se
toca con las propias manos. En este contexto vuelven a emerger algunas preguntas
fundamentales: ¿qué sentido tiene vivir? ¿Qué nos espera tras el umbral de la
muerte?
—La fe es un confiado entregarse a un “Tú” que es Dios, quien me da una certeza
distinta, pero no menos sólida que la que me llega del cálculo exacto o de la
ciencia.
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