Lectio Divina: XIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: 1 Reyes 19,16.19-21; Salmo 15; Gálatas 4,31-5,1.13-18;
Lucas 9,51-62
Ambientación: Imagen de Jesús. Camino de papel. Frase: Sígueme.
Cantos sugeridos: Jesús te seguiré; A quién enviaré
Ambientación
La fidelidad a la propia vocación lleva consigo responder a las llamadas que Dios
hace a lo largo de la vida. Habitualmente se trata de una fidelidad en lo pequeño de
cada jornada, de amar a Dios en el trabajo, en las alegrías y penas que conlleva
toda existencia, de rechazar con firmeza aquello que de alguna manera signifique
mirar donde no podemos encontrar a Cristo.
Oración inicial
Señor Jesús,
de camino hacia Jerusalén,
donde ibas a mostrarnos
el límite de tu amor,
nos has iluminado
para que tus discípulos y nosotros
aprendiéramos de ti
tu manera de ser y de actuar,
tu disponibilidad y tu entrega total.
Te pedimos,
que al reflexionar estos llamados,
tengamos de ti,
la gracia de seguirte incondicionalmente,
viviendo con alegría nuestra entrega,
asumiendo tu estilo de vida,
aun sabiendo que no tenías
ni un lugar donde reclinar tu cabeza.
Ayúdanos a vivir lo que nos pides,
y a imitar tu entrega y tu disponibilidad.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 9, 51-62
Motivación: Jesús decide firmemente encaminarse hacia Jerusalén para consumar
allí su misterio pascual. Este viaje será, además, la ocasión para instruir a sus
pobres seguidores sobre las exigencias del discipulado. Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Por qué Jesús decide emprender viaje hacia Jerusalén?
¿Qué dificultades encuentra Jesús al iniciar su viaje?
¿Cómo quieren resolverlas sus discípulos? ¿Cómo reacciona Jesús ante esta actitud?
¿Qué exigencias pone Jesús a quienes quieren seguirle?
Otros textos bíblicos para confrontar: Lucas 5,1-11; Lucas 5,27-28; Juan 21,15-
19.>
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: La vida cristiana es un camino. Por eso el viaje de Jesús hacia
Jerusalén ha de ser leído por los discípulos de todos los tiempos como una parábola
de lo que significa seguir a Jesús. Ser cristianos implica un compromiso muy serio
que nos obliga a asumir riesgos y replantearnos con radicalidad nuestras
prioridades.
Jesús no tiene una morada estable, su condición es caminar, “no tiene donde
reclinar la cabeza” (v. 58): ¿Soy capaz de renunciar a las cosas que tengo por
seguir a Jesús?
Seguir a Jesús es estar preparados para ir detrás de él “contra viento y marea”:
¿Somos así? ¿Cuesta mucho ser discípulos de Jesús? ¿Por qué cuesta tanto tener
tiempo para hacer las cosas de Dios?
¿Miramos siempre nuestro pasado o vemos para adelante? ¿Nos cuesta mucho vivir
este presente de cristianos? ¿Me despedí de mi vida pasada o sigo con las mismas
actitudes que tenía antes de convertirme?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: No es poca cosa seguir a Jesús, por eso necesitamos orar al Padre
para que nos ayude a mantenernos en este camino que exige fidelidad y renuncias.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo:
Salmo 15.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente, en una conferencia habla sobre la vocación del misionero
y de las exigencias del seguimiento:
El estado de los misioneros es un estado conforme con las máximas evangélicas,
que consiste en dejarlo y abandonarlo todo, como los apóstoles, para seguir a
Jesucristo y para hacer lo que conviene, a imitación suya. Así pues, como me decía
una persona en cierta ocasión, solamente el diablo tiene que decir algo en contra
de este estado; porque ¿acaso hay algo más propio de un cristiano que ir de aldea
en aldea ayudando al pobre pueblo a salvarse, como ven que se hace, con tantas
fatigas e incomodidades? Fíjense en esos hermanos nuestros que están trabajando
ahora en un pueblo de la diócesis de Evreux, donde tienen que dormir sobre paja.
¿Y para qué? Para hacer que vayan las almas al cielo mediante la instrucción y el
sufrimiento. ¿No está esto muy cerca de lo que vino a hacer nuestro Señor? Él ni
siquiera tenía una piedra donde reposar su cabeza, e iba y venía de un sitio a otro
para ganarle almas a Dios, hasta que murió por ellas. Ciertamente, no podía
hacernos comprender mejor cuánto las quiere, ni convencernos con mayor eficacia
para que no ahorráramos esfuerzos para instruirlas en su doctrina y lavarlas en la
fuente de su preciosa sangre. Si queremos que nos conceda esta gracia, hemos de
esforzarnos en la humildad, pues cuanto más humilde sea uno, más caritativo será
con el prójimo. (XI,697)
Compromiso: ¿Cuáles son las cosas que debo abandonar y renunciar para seguir al
Señor?
Oración final
Señor Jesús, nos pides seguirte a ti,
seguirte incondicionalmente,
seguirte, asumiendo tu estilo de vida,
seguirte, viviendo con tus actitudes,
viviendo con tus disposiciones;
Hoy nos invitas a seguirte
para que nuestra vida refleje
lo que eres Tú,
para que nosotros te hagamos conocer
con nuestra vida y nuestras actitudes.
Por eso, Señor,
te pido que me llenes de tu amor,
que me des la gracia
de confiar plenamente en ti,
y así te siga, asumiendo tu estilo de vida,
viviendo con tus mismos sentimientos,
mirando la vida con tus ojos,
mostrando tu proyecto de amor
en mis gestos, en mis obras,
en mis actitudes,
mostrando así mi fe en ti.
Que así sea.Con permiso de somos.vicencianos.org