EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
sábado 29 Junio 2013
Solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles
Libro de los Hechos de los Apóstoles 12,1-11.
Por aquel tiempo el rey Herodes decidió apresar a algunos miembros de la Iglesia
para maltratarlos.
Hizo matar a espada a Santiago, hermano de Juan,
y, al ver que esto agradaba a los ju díos, mandó detener también a Pedro: eran
precisamente los días de la fiesta de los Panes Azimos.
Des pués de detenerlo lo hizo encerrar en la cárcel bajo la vigilancia de cuatro
piquetes de cuatro soldados cada uno, pues su intención era juzgarlo ante el pueblo
después de la Pascua.
Y mientras Pedro era custodiado en la cárcel, toda la Iglesia oraba incesantemente
por él a Dios.
Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche
Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros
guardias custodiaban la puerta de la cárcel.
De repente la celda se llenó de luz: ¡estaba el ángel del Señor! El ángel tocó a
Pedro en el costado y lo despertó diciéndole: «¡Levántate en seguida!» Y se le
cayeron las cadenas de las manos.
El ángel le dijo en seguida: «Ponte el cinturón y las sandalias.» Así lo hizo, y el
ángel agregó: «Ponte el manto y sígueme.»
Pedro salió tras él; no se daba cuenta de que lo que estaba ocurriendo con el ángel
era realidad, y todo le parecían visiones.
Pasaron la primera y la segunda guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a
la ciudad, la cual se les abrió sola. Salieron y se metieron por un callejón, y de
repente lo dejó el ángel.
Entonces Pedro volvió en sí y dijo: «Ahora no cabe duda: el Señor ha enviado a su
ángel para rescatarme de las manos de Herodes y de todo lo que proyectaban los
judíos contra mí.»
Salmo 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9.
Bendeciré al Señor en todo tiempo,
no cesará mi boca de alabarlo.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.
Engrandezcan conmigo al Señor
y ensalcemos a una su nombre.
Busqué al Señor y me dio una respuesta
y me libró de todos mis temores.
Mírenlo a él y serán iluminados
y no tendrán más cara de frustrados.
Este pobre gritó y el Señor lo escuchó,
y lo salvó de todas sus angustias.
El ángel del Señor hace sus rondas
junto a los que le temen y los guarda.
Gusten y vean cuán bueno es el Señor
¡dichoso aquel que busca en él asilo!
Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4,6-8.17-18.
En cuanto a mí, estoy a punto de sacrificar mi vida y se acerca el momento de mi
partida.
He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado lo que me
confiaron.
Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel
día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida
gloriosa.
Pero el Señor estuvo conmigo llenándome de fuerza, para que el mensaje fuera
proclamado por medio de mí y llegara a oídos de todos los paganos; y quedé libre
de la boca del león.
El Señor me librará de todo mal y me salvará llevándome a su reino celestial. A él
la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Evangelio según San Mateo 16,13-19.
Jesús se fue a la región de Cesarea de Filipo. Estando allí, preguntó a sus
discípulos: «Según el parecer de la gente, ¿quién es este Hijo del Hombre?»
Respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías o
Jeremías, o alguno de los profetas.»
Jesús les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?»
Pedro contestó: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.»
Jesús le replicó: «Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la
carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.
Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado
en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.»
Comentario del Evangelio por:
San Clemente de Roma, papa del año 90 a 100 aproximadamente
Carta a los Corintios, 5-7 (trad. cf breviario 30/06)
El testimonio histórico más antiguo del martirio de Pedro y Pablo
Dejemos estos ejemplos de [persecución en el Antiguo Testamento] y vengamos a
considerar los luchadores más cercanos a nosotros; expongamos los ejemplos de
magnanimidad que han tenido lugar en nuestros tiempos. Aquellos que eran las
máximas y más legítimas columnas de la Iglesia sufrieron persecución por
emulación y por envidia y lucharon hasta la muerte. Pongamos ante nuestros ojos a
los santos apóstoles: a Pedro que, por una hostil emulación, tuvo que soportar no
una o dos, sino innumerables dificultades, hasta sufrir el martirio y llegar así a la
posesión de la gloria merecida. Esta misma envidia y rivalidad dio a Pablo ocasión
de alcanzar el premio debido a la paciencia: en repetidas ocasiones fue
encarcelado, obligado a huir, apedreado y, habiéndose convertido en mensajero de
la palabra en el Oriente y en el Occidente, su fe se hizo patente a todos, ya que,
después de haber enseñado a todo el mundo el camino de la justicia, habiendo
llegado hasta el extremo Occidente, sufrió el martirio de parte de las autoridades y,
de este modo, partió de este mundo hacia el lugar santo, dejándonos un ejemplo
perfecto de paciencia. A estos hombres, maestros de una vida santa, vino a
agregarse una gran multitud de elegidos que, habiendo sufrido muchos suplicios y
tormentos también por emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico
ejemplo…
Todo esto, carísimos, os lo escribimos no sólo para recordaros vuestra obligación,
sino también para recordarnos la nuestra, ya que todos nos hallamos en la misma
palestra y tenemos que luchar el mismo combate. Dejemos, pues, las
preocupaciones inútiles y vanas y pongamos toda nuestra atención en la gloriosa y
venerable regla de nuestra tradición. Tengamos los ojos fijos en lo que es bueno y
agradable a los ojos de nuestro Hacedor, lo que nos acerca a él. Fijemos nuestra
mirada en la sangre de Cristo y démonos cuenta de cuán valiosa es a los ojos del
Dios y Padre suyo, ya que, derramada por nuestra salvación, ha traído al mundo
entero la gracia de la conversión.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”