EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
lunes 08 Julio 2013
Lunes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario
Libro de Génesis 28,10-22a.
Jacob partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán.
De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se
había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y
se acostó allí.
Entonces tuvo un sueño: vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra, y
cuyo extremo superior tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban ángeles de Dios.
Y el Señor, de pie junto a él, le decía: «Yo soy el señor, el Dios de Abraham, tu
padre, y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde estás
acostado.
Tu descendencia será numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia el
este y el oeste, el norte y el sur; y por ti y tu descendencia, se bendecirán todas las
familias de la tierra.
Yo estoy contigo: te protegeré dondequiera que vayas, y te haré volver a esta
tierra. No te abandonaré hasta haber cumplido todo lo que te prometo».
Jacob se despertó de su sueño y exclamó" "¡Verdaderamente el Señor está en este
lugar, y yo no lo sabía!".
Y lleno de temor, añadió: "¡Qué temible es este lugar! Es nada menos que la casa
de Dios y la puerta del cielo".
A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que le había servido de
almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella.
Y a ese lugar, que antes se llamaba luz, lo llamó Betel, que significa "Casa de Dios".
Luego Jacob hizo este voto: "Si Dios me acompaña y me protege durante el viaje
que estoy realizando, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
y si puedo regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios.
Y esta piedra conmemorativa que acabo de erigir, será la casa de Dios. Además, le
pagaré el diezmo de todo lo que me dé".
Salmo 91(90),1-2.3-4.14-15ab.
Tú que habitas al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Omnipotente,
dile al Señor: «Mi amparo, mi refugio,
mi Dios, en quien yo pongo mi confianza».
El te librará del lazo del cazador
y del azote de la desgracia;
te cubrirá con sus plumas
y hallarás bajo sus alas un refugio.
«Pues a mí se acogió, lo libraré,
lo protegeré, pues mi Nombre conoció.
Si me invoca, yo le responderé,
y en la angustia estaré junto a él,
lo salvaré, le rendiré honores.
Evangelio según San Mateo 9,18-26.
Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y,
postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle
tu mano y vivirá".
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde
hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,
pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada".
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y
desde ese instante la mujer quedó curada.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente
que gritaba, y dijo:
"Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". Y se reían de él.
Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó.
Y esta noticia se divulgó por aquella región.
Comentario del Evangelio por :
San Clemente Romano, papa de 90 a 100 apr.
Carta a los corintios, §24-28; SC 167
“La niña no está muerta, está dormida.”
Prestemos atención, carísimos, a cómo el Señor no cesa de mostrarnos la
resurrección futura de la que nos ha dado las primicias resucitando a Nuestro Señor
Jesucristo. Consideremos, queridos hermanos, las resurrecciones que se realizan
periódicamente. El día y la noche nos presentan una resurrección. La noche cae, el
día se levanta. El día desaparece y llega la noche. Miremos los frutos: cómo se
forman las semillas, ¿qué pasa? El que siembra sale a sembrar, echa las diferentes
semillas en la tierra. Estas caen, secas y desnudas sobre la tierra y se desintegran.
Luego, a partir de esta descomposición misma, la magnífica providencia del Maestro
las hace resurgir y un solo grano se multiplica y da fruto... ¿Nos extrañaremos,
pues, que el Creador del universo haga revivir a aquellos que le han servido
fielmente y con la confianza de una fe perfecta?...
En esta esperanza, unámonos a aquel que es fiel y sus promesas son verdad y
justos sus juicios. El que nos manda no mentir, no puede mentir. Para Dios nada es
imposible, salvo el mentir. Reanimemos, pues, nuestra fe en él y consideremos que
todo esto le es posible. De una palabra de su boca ha formado el universo y con
una palabra suya lo puede aniquilar... Hace todo lo que quiere. Nada de lo que ha
decidido perecerá jamás. Todo está delante de Él y nada se escapa a su
providencia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”