EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
jueves 18 Julio 2013
Jueves de la decimoquinta semana del tiempo ordinario
Libro del Exodo 3,13-20.
Moisés dijo a Dios: "Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus
padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les
responderé?".
Dios dijo a Moisés: "Yo soy el que soy". Luego añadió: "Tú hablarás así a los
israelitas: "Yo soy" me envió a ustedes".
Y continuó diciendo a Moisés: "Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de
sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me
envía. Este es mi nombre para siempre y así será invocado en todos los tiempos
futuros.
Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios
de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: "Yo los he visitado y
he visto cómo los maltrataban los egipcios.
Por eso decidí librarlos de la opresión que sufren en Egipto, para llevarlos al país de
los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos, a una
tierra que mana leche y miel".
Ellos te escucharán, y tú irás a presentarte ante el rey de Egipto, junto con los
ancianos de Israel. Entonces le dirás: "El Señor, el Dios de los hebreos, vino a
nuestro encuentro. Y ahora tenemos que realizar una marcha de tres días por el
desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios".
Ya sé que el rey de Egipto no los dejará partir, si no es obligado por la fuerza.
Pero yo extenderé mi mano y castigaré a Egipto, realizando ante ellos toda clase de
prodigios. Así él los dejará partir,
Salmo 105(104),1.5.8-9.24-25.26-27.
¡Den gracias al Señor, su nombre invoquen, entre los pueblos anuncien sus
hazañas!
¡Recuerden las maravillas que realizó, sus prodigios, las sentencias que pronunció,
Se acuerda para siempre de su alianza, de la palabra impuesta a mil generaciones,
del pacto que con Abrahán concluyó, y de su juramento a Isaac.
Dios quiso que su pueblo creciera mucho, lo hizo más fuerte que sus adversarios,
les cambió el corazón y odiaron a su pueblo, y trataron de dañar a sus servidores.
Envió, entonces, a Moisés, su servidor, a Aarón, al que había elegido;
por su medio realizó las señales predichas y sus prodigios en la tierra de Cam.
Evangelio según San Mateo 11,28-30.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde
de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".
Comentario del Evangelio por :
Papa Francisco
Homilía del 19/03/2013, Mensaje de inauguración del pontificado (trad. ©
Libreria Editrice Vaticana)
"Seréis mis discípulos, porque soy manso y humilde de corazón"
Queridos amigos…, el centro de la vocación cristiana: es Cristo. Guardemos a Cristo
en nuestra vida, para guardar a los demás, para salvaguardar la creación. Pero la
vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene
una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos.
Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro
del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas
las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el
preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los
ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de
nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se
guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo,
también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con
sinceridad las amistades…, En el fondo, todo está confiado a la custodia del
hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los
dones de Dios… Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de
responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y
mujeres de buena voluntad: seamos “custodios” de la creación, del designio de Dios
inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que
los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo
nuestro. Pero, para “custodiar”, también tenemos que cuidar de nosotros mismos.
Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere
decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es
de donde salen las intenciones buenas y malas (Lc 6,45): las que construyen y las
que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la
ternura.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”