EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 28 Julio 2013
Decimoséptimo Domingo del tiempo ordinario C
Libro de Génesis 18,20-21.23-32.
Luego el Señor añadió: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su
pecado tan grave,
que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado
hasta mí. Si no es así, lo sabré".
Entonces Abraham se le acercó y le dijo: "¿Así que vas a exterminar al justo junto
con el culpable?
Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y tú vas a arrasar ese lugar, en vez de
perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él?
¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable,
haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la
tierra no va a hacer justicia?".
El Señor respondió: "Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma,
perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos".
Entonces Abraham dijo: "Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el
atrevimiento de dirigirme a mi Señor.
Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a
destruir toda la ciudad?". "No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco",
respondió el Señor.
Pero Abraham volvió a insistir: "Quizá no sean más de cuarenta". Y el Señor
respondió: "No lo haré por amor a esos cuarenta".
"Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo
insistiendo. Quizá sean solamente treinta". Y el Señor respondió: "No lo haré si
encuentro allí a esos treinta".
Abraham insistió: "Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor.
Tal vez no sean más que veinte". "No la destruiré en atención a esos veinte",
declaró el Señor.
"Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última
vez. Quizá sean solamente diez". "En atención a esos diez, respondió, no la
destruiré".
Salmo 138(137),1-3.6-7a.7c-8.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
pues oíste las palabras de mi boca.
Canto para ti en presencia de los ángeles,
y me postro ante tu Templo santo.
Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad,
pues tu palabra ha superado tu renombre.
El día en que clamé, me respondiste
y aumentaste la fuerza en mi alma.
Desde arriba el Señor ve a los humildes
y de lejos distingue al orgulloso.
Si en medio de angustias caminare,
tú me harías vivir;
Si en medio de angustias caminare, tú me harías vivir; con tu mano paras al
enemigo y tu diestra me salva.
con tu mano paras al enemigo
y tu diestra me salva.
El Señor lo hará todo por mí,
Señor, tu amor perdura para siempre,
no abandones la obra de tus manos.
Carta de San Pablo a los Colosenses 2,12-14.
En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en
el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne,
pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas.
El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y
la hizo desaparecer clavándola en la cruz.
Evangelio según San Lucas 11,1-13.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus
discípulos".
El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que
venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que
nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a
medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y
mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se
levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les
abrirá.
Porque el que pide, recibe; el
que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre
que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en
su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el
Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".
Comentario del Evangelio por:
Beato Juan Pablo II (1920-2005), papa
Dives misericordia 8,15
"Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto
más el Padre del cielo..."
Cuanto más la conciencia humana, abocada a la secularización, olvida el significado
mismo de la palabra “misericordia”, más se aleja del misterio de la misericordia
cuando se aleja de Dios. Tanto más, la Iglesia tiene el derecho y el deber de
dirigirse al Dios de la misericordia “con grandes gritos” (cf Mt 15,23). Estos
“grandes gritos” deben ser característicos para la Iglesia de nuestro tiempo...
El hombre contemporáneo se interroga a menudo, lleno de angustia, sobre la
solución de las terribles tensiones que se han acumulado en el mundo y que se
complican constantemente entre los seres humanos. Y, si la persona, a menudo, no
tiene el valor de pronunciar la palabra “misericordia”, o si, en su conciencia
desprovista de todo sentido religioso, no encuentro un equivalente, es tanto más
necesario que la Iglesia pronuncie esta palabra, no solamente en nombre propio
sino en nombre de todos los hombres de nuestro tiempo. Urge que la pronuncie en
una oración ardiente, en un grito que implora la misericordia según las necesidades
del ser humano en el mundo contemporáneo.
Que este grito tenga el peso de toda esta verdad que encierra la palabra
“misericordia” y que ha encontrado una expresión tan rica en la Sagrada Escritura y
en la Tradición, así como en la auténtica vida de fe de tantas generaciones del
pueblo de Dios. ¡Con este grito, al igual que los autores sagrados, invoquemos a
Dios que no desprecia nada de lo que ha creado, a Dios que es fiel a sí misma, a su
paternidad y a su amor!
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”