Comentario al evangelio del Lunes 29 de Julio del 2013
Queridos amigos y amigas:
Se puede empezar las vacaciones deseando desconectar de todo. Es comprensible. Pero la realidad se
nos impone. Las noticias del terrible accdiente de tren en Santiago de Compostela el pasado miércoles
que se lleva 80 vidas brutalmente nos muestran la fragilidad del ser humano. ¡Se nos rompen las
seguridades a cada paso! Muchas de nuestras conquistas son como un castillo de naipes. Un suave
soplo las derrumba. ¿Dónde está la fuerza del Resucitado? La muerte y el dolor ¿tienen algún sentido?
¿Cuáles son los “dioses de oro” que nos hemos construido y a los que estamos adorando? ¿En manos
de qué vanas seguridades ponemos nuestras vidas? ¿Podremos abrir los ojos para caer en la cuenta de
que son dioses sin aliento?
La verdadera vida –dice Jesús- es como un grano de mostaza. Parece insignificante, pero contiene en sí
la energía para crecer.
Hace falta abrir mucho los ojos para ver estas diminutas semillas. Pero existen. Lo que sucede es que
las que de verdad pueden dar vida “están siempre enterradas”. No hay ninguna semilla de Reino a ras
de tierra.
CR