Lectio Divina: XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Eclesiastés 1,2; 2,21-23; Salmo 89; Colosenses 3, 1-5.9-11;
Lucas 12, 13-21.
Ambientación: Billetes, monedas. En medio de ellos unos papeles que simulen
billetes donde estén escritas riquezas que hoy deslumbran a la gente: joyas, carros,
ropa, etc. Una vela con la frase: “Eres mi riqueza, eres mi Se￱or”
Ambientación
El discípulo es un pobre voluntario: porque ha descubierto la libertad respecto a los
bienes materiales; y porque ha descubierto su riqueza «en otro sitio», en Dios y en
su Reino. Siempre es necesario establecer prioridades en nuestras vidas.
Oración inicial
No permitas, Señor,
que nuestros afanes nos aparten de ti,
que apremiados por el hambre
y por todo aquello que nos urge
no dejemos nunca de volvernos hacia ti:
¡Oh sumo bien, y único necesario para todos!
Enséñanos a meditar en este día
cómo todo procede de tus manos;
ilumina nuestra mente y nuestro espíritu
para saber reconocerte
como la fuente de nuestra dicha.
Y que esta noche sea tranquila
porque hayamos compartido tu voz,
compartido con el hermano
y colocado renovadamente en tus manos
nuestro deseos y proyectos. AMÉN.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 12,13-21
Motivación: El Señor, en el Evangelio de hoy, nos hace una llamada a ser sensatos
en nuestros afanes y saber luchar por los bienes que no perecen. No quiere
“asustarnos” con una muerte inesperada, sino que quiere darnos un mensaje sobre
el uso de los bienes terrenos y la invitación a no poner en ellos nuestras
esperanzas. Escuchemos.
Forma de leerlo:
1.Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Preguntas para la lectura
•Por el camino que lleva a Jerusalén, Jesús instruye a sus discípulos sobre el
sentido y las exigencias del discipulado. ¿Qué es lo que dice sobre la avaricia?
¿Cómo ilustra esta enseñanza?
•En la parábola, el hombre que ha tenido un buen a￱o, habla consigo mismo, ﾿qué
es lo único que le importa?
•En su situaci￳n de prosperidad se ha olvidado de algo importante. Y Dios lo
sorprende entrando en diálogo con él. ¿Qué le dice? ¿Con qué realidad lo enfrenta?
•A partir del evangelio, ﾿qué significa hacerse rico ante Dios?
Otros textos bíblicos para confrontar: Rom 1,28-29; 2Co 9,5; Col 3,5; 2Pe 2,3.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: El Evangelio no condena los valores humanos ni los bienes materiales.
Lo que sí condena es hacer de ellos el centro de la vida, el “único dios” que conduce
a una forma de vida totalmente egoísta e insolidaria. Reflexionemos sobre el
significado de este pasaje para nuestras vidas:
•Ya tienes almacenado para muchos a￱os… ﾿C￳mo es mi relaci￳n con el dinero y
con mis bienes? ¿A qué me invita el pasaje de hoy?
•El hombre de la parábola invirti￳ en su granero… ﾿En qué estoy invirtiendo mi
vida? A la luz del evangelio, ¿considero que vale la pena esta inversión?
•A partir de lo que hemos reflexionado, ﾿qué es lo que de verdad enriquece a una
persona? ¿Busco que mi fe, mi compromiso, mi solidaridad, aumente al mismo
ritmo que mis bienes?
•Así le sucede a quien atesora para sí en lugar de hacerse rico ante Dios… ﾿Cuáles
son tus riquezas ante Dios?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: La enseñanza de Jesús es clara, pero no es fácil establecer la frontera
entre lo necesario y lo superfluo. Pidámosle al Señor aprender a discernir y a
compartir para hacernos ricos antes Dios.
•Luego de un tiempo de oraci￳n personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
•Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo:
Salmo 89.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente era muy firme en lo que respecta al apego de los bienes.
El misionero “contagiado” por el espíritu del mundo es un “diablo”, un “esqueleto de
misionero”. Hoy nos dice: “ᄀDesgraciado el misionero que quiera apegarse a los
bienes perecederos de esta vida! Pues se verá apresado por ellos, clavado por estas
espinas y atado por las ligaduras… De esta forma la ociosidad vendrá tras el espíritu
de avaricia; sólo se pensará en conservar y aumentar los bienes temporales, y en
buscar las propias satisfacciones; y entonces habrá que decir adiós a todos los
ejercicios de la Misi￳n y a la Misi￳n misma, pues dejará de existir. ” (SVP XI, 773)
•Revisar la propia vida y detectar en aspectos se es “esclavo” de la sociedad de
consumo.
•Nuestro grupo, nuestra comunidad, ﾿qué pensamos acerca de la codicia? ﾿Qué
podemos hacer como alternativa?
Oración final
A la luz de tu palabra, Señor,
te pedimos en este día nos concedas asimilar
la bienaventuranza de la pobreza efectiva y de espíritu,
para que no caigamos ante la idolatría consumista.
Libéranos, Señor, de la sutil seducción
del consumismo para que,
libres de la tiranía del tener y gastar,
entendamos que nuestra vida no depende
de los de bienes que amontonemos,
sino de las riquezas y dones de tu reino.
Queremos, Señor,
compartir nuestro pan con los demás,
invirtiendo nuestros haberes, tiempo y cariño
con los más pobres.
Así seremos ricos ante ti y alcanzaremos
el secreto tesoro de la felicidad evangélica:
amar a Dios y a los hermanos.
Amén.
Que así sea.Con permiso de somos.vicencianos.org