EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
miércoles 31 Julio 2013
Miércoles de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
Libro del Exodo 34,29-35.
Cuando Moisés bajó de la montaña del Sinaí, trayendo en sus manos las dos tablas
del Testimonio, no sabía que su rostro se había vuelto radiante porque había
hablado con el Señor.
Al verlo, Aarón y todos los israelitas advirtieron que su rostro resplandecía, y
tuvieron miedo de acercarse a él.
Pero Moisés los llamó; entonces se acercaron Aarón y todos los jefes de la
comunidad, y él les habló.
Después se acercaron también todos los israelitas, y él les transmitió las órdenes
que el Señor le había dado en la montaña del Sinaí.
Cuando Moisés terminó de hablarles, se cubrió el rostro con un velo.
Y siempre que iba a presentarse delante del Señor para conversar con él, se
quitaba el velo hasta que salía de la Carpa. Al salir, comunicaba a los israelitas lo
que el Señor le había ordenado,
y los israelitas veían que su rostro estaba radiante. Después Moisés volvía a poner
el velo sobre su rostro, hasta que entraba de nuevo a conversar con el Señor.
Salmo 99(98),5.6.7.9.
Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!
Moisés y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre:
invocaban al Señor y él les respondía.
De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio.
Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor
nuestro Dios!
Evangelio según San Mateo 13,44-46.
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en
un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende
todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar
perlas finas;
y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."
Comentario del Evangelio por :
San Juan Crisóstomo (c.345- 407), presbítero en Antioquia, obispo de
Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía sobre San Mateo 47,2
«Las parábolas del tesoro y de la perla»
La semejanza que puede haber entre la parábola del grano de mostaza y la
levadura se encuentra entre la del tesoro y la perla: las dos significan que es
necesario elegir el mensaje evangélico a otra cosa... En efecto, el Evangelio se
desarrolla como el grano de mostaza, impone su fuerza como la levadura; como la
perla, es de un precio elevado; en fin, como un tesoro, otorga los más preciosos
beneficios.
A este propósito, conviene saber no solo que es necesario desprenderse de
todo para acogerle Evangelio, más aún es necesario hacerlo con alegría... Observa
cuan inadvertido pasa la predicación del Evangelio en el mundo, del mismo modo,
el mundo no ve los numerosos bienes que tiene en recompensa... Dos condiciones
son pues necesarias: la renuncia de los bienes del mundo y un firme valor. Se
trata, en efecto, «de un comerciante en busca de perlas finas» que «habiendo
encontrado una de gran valor va y vende todo lo que tiene» para comprarla. La
verdad es una, no se divide. Lo mismo que el poseedor de la perla conoce su
riqueza, en el momento que la tiene en sus manos, por la pequeñez de la perla, los
ayudantes no tienen duda, cuando lo saben, lo mismo estos que son instruidos por
el Evangelio conocen su felicidad, los infieles, ignoran este tesoro, sin tener idea
alguna de nuestra riqueza.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”