XVIII Semana del Tiempo Ordinario. (Año Impar)
Sábado
Lecturas bíblicas
a.- Dt. 6,4-13: Amarás al Señor con todo tu corazón.
b.- Mt. 17, 14-20: Si tuvieras fe, nada os sería imposible.
Esta curación de un niño epiléptico, es bastante especial, porque pasa de la
intervención fallida de los discípulos a las manos de Jesús. ¿Qué falló en los
discípulos, que no pudieron hacer bien el exorcismo? La respuesta de Jesús, es la
falta de fe de ellos (cfr. Mc. 9, 29). El padre se arrodilla delante de Jesús, para
pedir la salud para su hijo y le llama, “Se￱or”, característica de Mateo, que busca
resaltar la divinidad de Jesús, pero además, la actitud del hombre en actitud de
adoración (cfr. Mt. 8,2; 9,18; 14,33; 20,20; 28, 9.17). El milagro, expulsión del
demonio y recuperación del niño quiere hacer notar el poder de la fe, con la
contraparte, la ausencia de fe del pueblo judío, “generaci￳n incrédula y pervertida”
(v.17; cfr. Dt. 32, 5). La ausencia de fe, incluiría a los discípulos, que poseen una fe
titubeante; la verdadera fe es confianza en Dios, se apoya en ÉL. Habían olvidado
aquello de que Yahvé, es la Roca de Israel, apoyarse en ÉL, es crecer en fe, da
seguridad, como casa construida sobre roca. La fe es una verdadera participación
en el poder de Dios, se cuanta con su poder como lo hizo Abraham (cfr. Rm. 4, 17-
21). Con la imagen que la fe puede trasladar montes, Jesús quiere enseñar que
para Dios, no hay nada imposible (cfr. Sal. 90,1-2; 114,4); el discípulo por ser
creyente, debe aprender que con Dios, se pueden superar todos los óbices que
encontramos en nuestro camino (cfr. Lc. 1, 37).
Teresa de Jesús, a lo largo de su vida, tuvo muchos quebrantos de salud, pero fue
sanada por el poder de Dios y la intercesión de San José (V 6). Así y todo, llevó a
cabo la reforma de la Orden del Carmen, fundó conventos de monjas y frailes por
casi toda la geografía española, escribió obras maestras de oración, que con el
correr del tiempo, se han convertido en clásicos de la literatura mística de la vida
cristiana. “Fue Dios servido de …darme tanta salud, que parecía que nunca había
tenido mal…¿Para qué es la vida y la salud, sino para perderla por tan gran Rey y
Se￱or?” (F. 28,18)