EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
miércoles 07 Agosto 2013
Miércoles de la decimoctava semana del tiempo ordinario
Libro de los Números 13,1-2.25-33.14,1.26-33.
El Señor dijo a Moisés:
"Envía unos hombres a explorar el país de Canaán, que yo doy a los israelitas;
enviarás a un hombre por cada una de sus tribus paternas, todos ellos jefes de
tribu".
Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país.
Entonces fueron a ver a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de los israelitas en
Cades, en el desierto de Parán, y les presentaron su informe, al mismo tiempo que
les mostraban los frutos del país.
Les contaron lo siguiente: "Fuimos al país donde ustedes nos enviaron; es
realmente un país que mana leche y miel, y estos son sus frutos.
Pero, ¡qué poderosa es la gente que ocupa el país! Sus ciudades están fortificadas y
son muy grandes. Además, vimos allí a los anaquitas.
Los amalecitas habitan en la región del Négueb; los hititas, los jebuseos y los
amorreos ocupan la región montañosa; y los cananeos viven junto al mar y a lo
largo del Jordán".
Caleb trató de animar al pueblo que estaba junto a Moisés, diciéndole: "Subamos
en seguida y conquistemos el país, porque ciertamente podremos contra él".
Pero los hombres que habían subido con él replicaron: "No podemos atacar a esa
gente, porque es más fuerte que nosotros".
Y divulgaron entre los israelitas falsos rumores acerca del país que habían
explorado, diciendo: "La tierra que recorrimos y exploramos devora a sus propios
habitantes. Toda la gente que vimos allí es muy alta.
Vimos a los gigantes - los anaquitas son raza de gigantes - Nosotros nos sentíamos
como langostas delante de ellos, y esa es la impresión que debimos darles".
Entonces la comunidad en pleno prorrumpió en fuertes gritos, y el pueblo lloró toda
aquella noche.
Luego el Señor dijo a Moisés y a Aarón:
"¿Hasta cuándo esta comunidad perversa va a seguir protestando contra mí? Ya
escuché las incesantes protestas de los israelitas.
Por eso, diles: "Juro por mi vida, palabra del Señor, que los voy a tratar conforme a
las palabras que ustedes han pronunciado.
Por haber protestado contra mí, sus cadáveres quedarán tendidos en el desierto:
los cadáveres de todos los registrados en el censo, de todos los que tienen más de
veinte años.
Ni uno solo entrará en la tierra donde juré establecerlos, salvo Caleb hijo de Iefuné
y Josué hijo de Nun.
A sus hijos, en cambio, a los que ustedes decían que iban a ser llevados como
botín, sí los haré entrar; ellos conocerán la tierra que ustedes han despreciado.
Pero los cadáveres de ustedes quedarán tendidos en este desierto.
Mientras tanto, sus hijos andarán vagando por el desierto durante cuarenta años,
sufriendo por las prostituciones de ustedes, hasta que el último cadáver quede
tendido en el desierto.
Salmo 106(105),6-7a.13-14.21-22.23.
Junto con nuestros padres hemos pecado,
cometimos una falta, somos culpables.
Nuestros padres en Egipto no entendieron nada de tus milagros,
se olvidaron de tus favores sin cuento,
se rebelaron contra el Altísimo junto al Mar Rojo.
Pero pronto se olvidaron de sus obras
y no contaron con su providencia.
Se despertó su gula en el desierto
y en la estepa pusieron a Dios a prueba.
¡Se olvidaron de Dios que los había salvado,
del que hizo grandes cosas en Egipto,
milagros en el país de Cam,
y un prodigio asombroso en el Mar Rojo!
Entonces habló de exterminarlos,
a no ser porque su elegido Moisés
se puso en la brecha frente a El
para impedir que su ira los destruyera.
Evangelio según San Mateo 15,21-28.
Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón.
Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar:
"¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada
por un demonio".
Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor,
atiéndela, porque nos persigue con sus gritos".
Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de
Israel".
Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!".
Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los
cachorros".
Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de
la mesa de sus dueños!".
Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y
en ese momento su hija quedó curada.
Comentario del Evangelio por :
Jean Tauler (c.1300-1361), dominico de Estrasburgo
Sermón 9
“Mujer ¡qué grande es tu fe! (Mt 15,28)
“Ten piedad de mí, Se￱or, Hijo de David!” (Mt 15,22) Es un grito, una llamada de
una fuerza inmensa... Es un gemido que viene como de un abismo sin fondo.
Supera en mucho la naturaleza, es el Espíritu Santo mismo que profiere en
nosotros este gemido (Rm 8,26)... Pero Jesús dice: “Dios me ha enviado s￳o a las
ovejas perdidas del pueblo de Israel.” (Mt 15,24) y “No está bien tomar e pan de
los hijos para echárselo a los perrillos.” (Mt 15,26)... No podía poner a prueba a la
mujer con más fuerza, ni ahuyentarla con más vehemencia.
Ahora bien ¿qué hizo la mujer rechazada de esta manera? Se dejó decir y se
humilló ella misma hasta lo más hondo. Llegó hasta el extremo de la humildad, del
abismo. Con todo, mantuvo la confianza y dijo: “Esto es cierto, Se￱or, pero
también los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.” (Mt
15,27)
¡Oh, si vosotros también supierais penetrar realmente hasta el fondo de la verdad,
no por comentarios muy sabios ni por palabras muy altisonantes, ni con los
sentidos, sino yendo al fondo de vosotros mismos! Ni Dios, ni otra criatura alguna
podría anihilaros si permanecéis en la verdad, en la confianza humilde. Podríais
padecer afrentas, menosprecios y burlas, resistiríais en la perseverancia, os
humillaríais más todavía, animados por una confianza ilimitada, y aumentaría más y
más vuestro celo. Todo depende de esta actitud y el que llega aquí ha vencido. Sólo
estos caminos llevan de verdad, sin obstáculo alguno, hasta Dios. Pero, permanecer
así en esta gran humildad, con perseverancia, con una seguridad entera y
verdadera, como esta mujer pobre, no es de muchos.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”