EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
sábado 10 Agosto 2013
Fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir
Carta II de San Pablo a los Corintios 9,6-10.
Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en
cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente.
Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o
por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría.
Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que
siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de
buenas obras.
Como dice la Escritura: El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su
justicia permanece eternamente.
El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a
ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia.
Salmo 112(111),1-2.5-6.7-8.9.
¡Aleluya!
¡Feliz el hombre que teme al Señor
y valora mucho sus mandamientos!
Su semilla será pujante en el país,
los retoños del hombre bueno serán benditos.
Le va bien al compasivo y que presta,
y lleva sus negocios en conciencia,
pues nada logrará perturbarlo:
el recuerdo del justo será eterno.
No tiene miedo a las malas noticias,
pues en su corazón confía en el Señor;
su corazón está firme, nada teme,
al final, despreciará a sus adversarios.
Es generoso en dar a los pobres,
su honradez permanece para siempre,
su cuerno aumenta en gloria.
Evangelio según San Juan 12,24-26
Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo;
pero si muere, da mucho fruto.
El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este
mundo, la conservará para la Vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor.
El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.
Comentario del Evangelio por :
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la
Iglesia
Sermón 302, para la fiesta de San Lorenzo
“...su generosidad dura por siempre.” (Sal 111,9)
San Lorenzo era diácono a Roma. Los perseguidores de la Iglesia le pidieron que
entregara los tesoros de la Iglesia. Por obtenir el auténtico tesoro en el cielo,
Lorenzo se expuso a unos tormentos de crueldad inenarrable. Fue extendido sobre
unas parrillas de fuego. Sin embargo, triunfó de todos los dolores físicos por la
fuerza extraordinaria de su caridad y por los auxilios de Aquel que le sostuvo
invencible. “Somos obra de sus manos, creados en Cristo Jesús, para realizar las
buenas obras que Dios nos se￱al￳ de antemano como norma de conducta.” (cf Ef
2,10)
Esto provoc￳ la c￳lera de los perseguidores... Lorenzo había dicho: “Mandad venir
conmigo gente con carros para llevaros los tesoros de la Iglesia.” Le dieron unos
carruajes y los carg￳ de los pobres y se present￳ ante los jefes: “Estos son los
tesoros de la Iglesia.”
Nada más verdadero que esto, hermanos míos. En las necesidades de los pobres se
encuentran las grandes riquezas de los cristianos, si comprendemos bien cómo
hacer fructificar lo que poseemos. Los pobres están siempre entre nosotros. Si les
confiamos nuestras riquezas no las perderemos. .
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”