Lectio Divina: XX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Jeremías 38, 4-6.8-10; Salmo 39; Hebreos 12, 1-4; Lucas 12,
49-53.
Ambientación: Lo necesario para hacer un pequeño fuego en un recipiente; velas
pequeñas alrededor de la Biblia.
Ambientación
Jesús sabe que su mensaje va a causar divisiones y conflictos entre quienes se
acerquen al fuego de su Evangelio. Las lecturas de hoy nos invitan a la constancia y
a la perseverancia: podemos correr y ganar la carrera que se abre ante nosotros si
mantenemos los ojos fijos en Jesucristo.
Oración inicial
Señor Jesús Tú que has venido a traer fuego a la tierra,
fuego de Dios, fuego que purifica, que transforma.
Tú que has venido a ser bautizado en sangre dando tu vida por nosotros.
Tú que con tu mensaje nos has revelado el proyecto y la voluntad del Padre.
Tú, Señor, que nos has enseñado una forma de vida nueva.
Tú, Señor, que con tus enseñanzas, con tu forma de vida,
con tu doctrina de amor y servicio divides a la gente,
haces que unos te sigan y otros no.
Tú Señor has venido a darnos la posibilidad a vivir la vida de Dios,
a ser plenamente felices, amando y sirviendo como Tú.
Tú Señor nos has dejado tus enseñanzas para que las vivamos y te sigamos.
Danos tu Espíritu Santo para dar siempre testimonio de ti,
viviendo el Evangelio, aunque eso nos produzca rechazo,
contrariedades y divisiones por ti.
Danos Señor tu Espíritu Santo para vivir el evangelio. Amén.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 12,49-53
Motivación: Ahora en el Evangelio, se nos manifiestan las dificultades, divisiones y
enfrentamientos que se producen a causa de la fe en Jesucristo. Seguir a Jesús
requiere una opción personal consciente y responsable. Y ese seguimiento entraña
una guerra permanente con los criterios del mundo que nos rodea. Escuchemos.
Forma de leerlo:
1.Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2.Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura
•¿Qué simbolismo tiene el fuego?
•¿Cuáles son las consecuencias de la misión de Jesús sobre el mundo?
•¿Cuál será la prueba difícil por la que tiene que pasar Jesús?
•¿Qué “tipo de paz” será la que Jesús no viene a traer?
•¿Cómo se entiende que Jesús venga a causar división?
•¿Cómo se puede explicar los enfrentamientos y enemistades entre padres e hijos y
otros miembros de la familia que Jesús nos presenta en este texto?
Otros textos bíblicos para confrontar: Jl 2,30; Ml 3,2; Ml 4,1; Mt 3,10; Lc
11,53; Lc 13,31; Lc 19,39; Jn 9,4; Jn 11,8.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Si Jesús fue un hombre en conflicto, si los primeros cristianos
experimentaron en sus vidas y en sus familias la división y el conflicto, nuestra
condición de discípulos nos sitúa en la misma línea. Busquemos juntos la actualidad
de este texto:
•¿Me siento devorado por el fuego de Jesús?
•¿De qué cosas me tengo que dejar purificar por el fuego de Jesús: envidias, celos,
rencores…?
•¿Dejo que el fuego de Jesús, el fuego del Espíritu, haga que mi corazón “arda” en
deseos de misión y evangelización?
•Jesús tiene que pasar por la prueba de la Pasión y se prepara: ¿yo me preparo
espiritualmente para el momento de la prueba? ¿En medio de mis pruebas y
dificultades me dejo acompañar por la fuerza y el ejemplo de Jesucristo verdadero
Dios y verdadero hombre?
•¿Qué tipo de paz busco vivir: la superficial que me propone el mundo, o la
profunda y comprometida que me propone el Señor?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Nos ponemos ante el Señor y le rogamos que purifique nuestro
interior y lo inflame con los valores del Reino para que continuemos siendo
pequeñas brasas que hagan arder el mundo.
•Oremos con San Vicente de Paúl: ◦Por tanto, nuestra vocación no consiste en ir, no
a una parroquia, ni sólo a una diócesis, sino por toda la tierra; ¿para qué? Para
abrasar los corazones de todos los hombres, hacer lo que hizo el Hijo de Dios, que
vino a traer fuego a la tierra para inflamarla de su amor. ¿Qué otra cosa hemos de
desear, sino que arda y lo consuma todo?” (SVP XI, 554)
•Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra oración
(o todos juntos)
•Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente nos dice: “Si la caridad es fuego, el celo es la llama, Si la
caridad es el sol, el celo es uno de sus rayos” (SVP XI, 773)
•¿Qué mensaje nos deja este texto de Lucas? ¿cómo lo podemos vivir?
•¿Cómo debemos vivir, testimoniar nuestra fe? ¿qué hacer para mostrar que
creemos y seguimos a Jesús?
•El fuego que vino a traer Jesús ¿cómo lo podemos expandir? ¿Qué hacer para que
otros se quemen con este fuego?
•¿Qué actitud tomar en los casos cuando nuestra fe, crea rechazos o
enfrentamientos?
•¿Cómo relacionarnos con los que creen o piensan diferente a lo que dice el
Evangelio? ¿Qué hacer con ellos?
Oración final
Señor, con frecuencia me siento débil ante este reto que me presentas con tus
palabras y tus acciones.
Quiero comprometerme con el Evangelio, con toda radicalidad. Pero, mis fuerzas
me fallan y dejo con frecuencia el compromiso asumido.
Señor Jesús, Tú lo diste todo con decisión, sin escatimar ningún esfuerzo ni dar
paso atrás. Con tu gracia y tu fortaleza, sólo así, podré colaborar con la misión que
me encomiendas.
Que no desmaye ante esta lucha gigantesca.
que no quede derrotado. Sé que contigo podré seguir adelante.
Rezaré como Pablo: Gustosamente seguiré enorgulleciéndome de mis debilidades,
para que habite en mí la fuerza de Cristo.
Y me complazco en soportar por Cristo debilidades, injurias, necesidades,
persecuciones y angustias, porque cuando me siento débil, entonces es cuando soy
fuerte (2 Cor 12, 9-10).
Amén
Que así sea.Con permiso de somos.vicencianos.org