Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 20
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Me engendraste hombre de pleitos para todo el país *
Señor, date prisa en socorrerme. * Corramos en la carrera que nos toca, sin
retirarnos * No he venido a traer paz, sino división
Textos para este día:
Jeremías 38, 4-6. 8-10:
En aquellos días, los príncipes dijeron al rey: "Muera ese Jeremías, porque está
desmoralizando a los soldados que quedan en la ciudad y a todo el pueblo, con
semejantes discursos. Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia."
Respondió el rey Sedecías: "Ahí lo tenéis, en vuestro poder: el rey no puede nada
contra vosotros."
Ellos cogieron a Jeremías y lo arrojaron en el aljibe de Malquías, príncipe real, en el
patio de la guardia, descolgándolo con sogas. En el aljibe no había agua, sino lodo,
y Jeremías se hundió en el lodo.
Ebedmelek salió del palacio y habló al rey: "Mi rey y señor, esos hombres han
tratado inicuamente al profeta Jeremías, arrojándolo al aljibe, donde morirá de
hambre, porque no queda pan en la ciudad."
Entonces el rey ordenó a Ebedmelek, el cusita: "Toma tres hombres a tu mando, y
sacad al profeta Jeremías del aljibe, antes de que muera."
Salmo 39:
Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito . R.
Me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa; afianzó mis pies sobre roca, y
aseguró mis pasos. R.
Me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. Muchos, al verlo,
quedaron sobrecogidos y confiaron en el Señor. R.
Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor se cuida de mí; tú eres mi auxilio y mi
liberación: Dios mío, no tardes. R.
Hebreos 12, 1-4:
Hermanos: Una nube ingente de testigos nos rodea: por tanto, quitémonos lo que
nos estorba y el pecado que nos ata, y corramos en la carrera que nos toca, sin
retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que,
renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora
está sentado a la derecha del trono de Dios.
Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el
ánimo.
Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado.
Lucas 12, 49-53:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el
mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué
angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres;
estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la
hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la
suegra."
Temas de las lecturas: Me engendraste hombre de pleitos para todo el país *
Señor, date prisa en socorrerme. * Corramos en la carrera que nos toca, sin
retirarnos * No he venido a traer paz, sino división
1. Predicar en medio de Oposición
1.1 El común denominador de las lecturas de hoy es claro: el lenguaje de Dios no
entra fácilmente en oídos humanos; por consiguiente, quien se ponga de parte de
Dios encontrará oposición e incluso persecución.
1.2 Jeremías tuvo en este sentido una misión difícil en extremo. La gente de su
tiempo pretendía confiar en el templo de Dios, como señal de una alianza indeleble;
al mismo tiempo, los actos de ellos contradecían espantosamente esa misma
alianza. Correspondió a Jeremías denunciar esta incoherencia y mostrar también las
consecuencias a las que habría de conducir, a saber, a la destrucción misma de
Jerusalén y finalmente al destierro. La gente, en vez de buscar qué había de cierto
en esas palabras, se lanzó en contra de quien las pronunciaba.
1.3 Es importante notar el nexo que tiene el callar la voz de la conciencia y el
silenciar a quienes quieren despertar en nosotros esa misma voz: los que se han
acostumbrado a rechazar esa “voz de Dios” que es la propia conciencia sólo pueden
rechazar esa otra “voz de Dios” que son sus profetas.
2. No todo es malo en las divisiones
2.1 Es cierto que la unidad es un gran bien, pero no toda unidad está fundada en la
verdad, y por lo tanto no toda unidad es verdadera. Lo grave de una unidad falsa
es no sólo que no perdura, sino que al romperse deja heridas y prejuicios peores,
porque añade a la desunión el hecho de la mentira.
2.2 Esto quiere decir que hay también una paz falsa, y pretender esa paz es lo que
se llama “irenismo.” La paz falsa es la que no quiere tocar los corazones ni las vidas
sino que crea una apariencia de ausencia de conflicto. El irenismo consiste en
buscar siempre negociaciones y compromisos, sin atreverse a buscar ni proponer la
conversión. En el fondo es un modo de negar la potencia del amor transformante de
Dios.
2.3 Cristo en cambio nos quiere resueltos. No somos maquilladores de los
problemas sino gente que cree que existen soluciones reales, aunque ellas pasan
por la humillación del corazón, la admisión de nuestras responsabilidades y culpas,
y sobre todo la acogida amorosa de la gracia que nos perdona y transforma.
2.4 En este sentido reconocer que somos distintos y que no podemos decir que sí a
todo es un paso adelante, aunque por un tiempo produzca divisiones y conflictos.
Bien sabemos que no es que nuestra sinceridad “produzca” el conflicto sino que
simplemente lo saca a luz, le impide esconderse.
2.5 A la fase de denuncia tendrá que seguirle otra fase de conversión y de
reconciliación, y a la fase de reconciliación otra etapa de construcción de una
unidad sobre la verdad. Corona de todo ese esfuerzo será la paz, pero no una paz
como la que da el mundo, sino sólo como aquella que el Señor mismo nos da a
precio de su pascua.