Lectio Divina: XXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Isaías 66,28-10; salmo 116; Hebreos 12, 5-7.11-13; Lucas 13,
22-30
Ambientación: Un pan y un vaso de vino en una mesa, junto con algunas
fotografías de hombres y mujeres de diversas razas del mundo.
Cantos sugeridos: En su mesa hay amor
Ambientación
La salvación no está asegurada por haber comido y bebido con el Señor, ni por
haber escuchado atentos pero sin cumplir su enseñanza. La salvación está
asegurada por ser auténtico discípulo: comer y beber con Él, escuchar su
enseñanza pero cumpliéndola en nuestra vida, entrando por la puerta estrecha y
apartándonos de toda maldad.
Oración inicial
Señor Jesús,
no sabemos el día ni la hora,
nos sabemos el cuando,
pero sí sabemos que Tú nos estás esperando,
que seremos juzgados por el amor,
que nos exigirás actitudes, disposiciones,
hechos, acciones,
que nos pedirás cuenta
de lo que hemos hecho de nuestra vida,
y ahí querrás saber qué hemos hecho
de nuestra fe en ti,
si la hemos vivido o si la hemos descuidado,
si la hemos asumido o la hemos ignorado,
si la hemos anunciado u olvidado,
nos pedirás nuestra vida para ver
tus actitudes en nosotros,
por eso, es que te pedimos que nos ayudes
a entrar por la puerta estrecha de la fidelidad
de la entrega, del servicio,
de amor gratuito y desinteresado. Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 13,22-30
Motivación: La venida del Señor se retrasa más de lo previsto, y la espera no es
fácil. Lucas recuerda a los primeros cristianos que el proyecto salvador de Dios es
universal. Aunque su manifestación plena se demore, la decisión personal por la
salvación continua siendo urgente.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Preguntas para la lectura
¿Cuál es la pregunta que da pie al desarrollo de todo el texto? ¿Cómo contesta
Jesús?
¿Qué significa entrar por la puerta estrecha?
¿Cómo se puede interpretar que Dios cierre la puerta?
¿Cuáles son los argumentos que se presentan para poder ingresar? ¿Qué responde
Jesús ante esos argumentos?
¿Quiénes son los que entran a participar de la fiesta del Reino? ¿Son todos judíos?
¿Son todos paganos?
Otros textos bíblicos para confrontar: 1Tim 2,4; Mt 25,10-12; Mt 7,13-14.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Como nuestros antepasados en la fe, seguimos escuchando del Señor
su mensaje de salvación y la invitación a optar personalmente y de forma decidida
por el Reino que nos promete. Busquemos juntos la actualidad de este texto:
¿Me preocupa el tema de la salvación?, ¿la propia, la de mis hermanos; la salvación
de los que no conocen a Cristo?
¿Qué significa entrar por la puerta estrecha? ¿Es la misma puerta que nos presenta
el mundo?
¿Ante qué situaciones de nuestro mundo actual podríamos decir que Dios “cierra la
puerta”? ¿Cuáles serían esos antivalores que provocaran esta actitud del Se￱or?
En la medida que participo de la Eucaristía: ¿voy convirtiendo mi corazón o soy del
grupo que el Se￱or denomina como “gente malvada”?
¿Quiénes serían hoy los de “todas partes del mundo” que vendrían a participar del
Banquete del Reino?
¿Qué me hace pensar cuando dice: “…hay los que ahora son últimos y que serán los
primeros, y en cambio los que ahora son primeros serán los últimos…” (Lc 13,30)?,
¿a qué se refiere con eso?, ¿por qué motivos y por qué causas sucederá eso?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: El Señor, que nos invita al banquete del Reino, exige de nosotros una
respuesta. En la acción de gracias nos unimos a todos los que escuchan su Palabra
de salvación. Y con la plegaria le pedimos que nos ayude a conducir nuestra historia
personal por el camino de la Vida.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo:
Salmo 116.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente exhorta a la fidelidad y perseverancia: Padres, no nos
engañemos; lo ha dicho el Hijo de Dios, que conocía esa desgraciada inclinación de
los hombres a vivir según su capricho y, al ver que serían pocos los que se
violentarían por seguir el evangelio, nos lo ha advertido. Tengamos cuidado,
veamos lo que han dicho los santos y c￳mo ellos opinan que se salvarán pocos…
Por sus frutos los conocerán”, dijo nuestro Se￱or; los que, habiendo sido
bautizados, renuncian al mundo, al demonio y a la carne y, por medio de una fe
viva, animados por el Espíritu de Jesucristo, realizan las obras del evangelio, esos
son los que llegan al trono de Jesucristo. ¡Oh, qué pocos son esos! (XI, 425)
Elegir dos actitudes de vida para corregir y/o fortalecer que expresen claramente
mi deseo de “entrar por la puerta estrecha”.
¿Qué tarea concreta misionera podemos hacer para ocuparnos de la salvación de
nuestros hermanos?
Oración final
Oh Señor, haz que sintamos la viveza
de tu Palabra que hemos escuchado;
corta, te rogamos, los nudos de nuestra duda, los lazos que nos impiden entrar en
la salvación
por la puerta estrecha.
Concédenos acoger sin miedo,
sin muchas dudas,
la palabra de Dios que nos invita al deber y al trabajo de la vida de fe.
Oh Señor, haz que tu Palabra escuchada
en este domingo, día del Señor,
nos libere de las falsas seguridades
sobre la salvación y nos dé gozo,
nos refuerce, nos purifique y nos salve.
Y tú, María, modelo de escucha y de silencio,
ayúdanos a vivir y entender
que todo lo que es difícil se convertirá en fácil,
lo que es obscuro se hará luminoso
en la fuerza de la Palabra. Así sea.
Que así sea.Con permiso de somos.vicencianos.org