XXI Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Viernes
Lecturas bíblicas
a.- 1Tes. 4,1-8: Esto quiere el Señor de vosotros una vida sagrada.
b.- Mt. 25, 1-13: Parábola de las diez vírgenes.
Esta parábola, se refiere claramente a la segunda venida de Cristo, para aquellos
que viven entre la Resurrección y la Parusía del Señor. La importancia se desplaza
de los invitados, las diez vírgenes, a la celebración de la boda. Momento solemne,
que se vive en la consumación del mundo, juicio final, momento último; por esto el
reino de Dios, se compara con el banquete donde ingresan las vírgenes. Otro
momento importante de la parábola, es la preparación para participar en el
banquete, pero hay dos elementos a considerar: el retraso de la llegada del novio y
el sueño que las embarga a todas. Las necias no estaban preparadas, no trajeron
aceite para sus lámparas, no contaron con el posible retraso del novio. Cuando se
oye que llega, todas preparan sus lámparas, para acompañarlo, las prudentes se lo
niegan, no por egoísmo, sino porque la preparación es personal e insustituible. Las
prudentes les aconsejan a sus compañeras, vayan a comprar más aceite, mientras
tanto llegó el novio, entraron al banquete y se cerró la puerta. El momento es tan
solemne, como serio, lo que exige una responsabilidad personal: a la hora menos
pensada llega el esposo. Sólo los que estén preparados, cuando venga el esposo
podrán ingresar en la sala del banquete, y participar de la boda; el no estar
preparados, supone la no participación, la exclusión, cerrada la puerta, no vale
insistir. Sólo oirán: “En verdad os digo, no os conozco. Velad, pues, porque no
sabéis ni el día ni la hora” (v. 12-13). Toda una invitación a vivir preparando el
encuentro con el Señor ahora, con una vida sacramental frecuente, una oración
dinámica y un apostolado fecundo y discreto en el hogar, en el trabajo, etc.
Teresa de Jesús, invita a sus monjas y a nosotros a estar siempre trabajando
contentos y alegres en la viña del Señor, la mejor disposición para entrar al
banquete de bodas cuando llegue el Esposo Cristo. “Como los ve presentes y con
gana de servir, y tiene ya entendido para lo que es cada uno, reparte los oficios
como ve las fuerzas, y si no estuviesen presentes no le daría nada ni mandaría en
qué sirviesen. Así que, hermanas, oración mental, y quien ésta no pudiere, vocal y
lección y coloquios con Dios, como después diré. No se deje las horas de oración
que todas, no sabe cuándo llamará el Esposo no acaezca como a las vírgenes locas
(Mt. 25,1-13), y la querrá dar más trabajo disfrazado con gusto; si no, entiendan
no son para ello y que les conviene aquello y aquí entra el merecer con la humildad
creyendo con verdad que aun para lo que hacen no son, andar alegres sirviendo en
lo que les mandan, como he dicho” (CV 18,4).