Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 21, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para vivir
aguardando la vuelta de su Hijo, a quien ha resucitado * El Señor ama a su pueblo.
* ¡Ay de vosotros, guías ciegos!
Textos para este día:
1 Tesalonicenses 1,1-5.8b-10:
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el
Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos
vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre,
recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el
aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se
proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza
del Espíritu Santo y convicción profunda. Sabéis cuál fue nuestra actuación entre
vosotros para vuestro bien. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de
modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos
cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos,
os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la
vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y
que os libra del castigo futuro.
Salmo 149:
Cantad al Señor un cántico nuevo, / resuene su alabanza en la asamblea de los
fieles; / que se alegre Israel por su Creador, / los hijos de Sión por su Rey. R.
Alabad su nombre con danzas, / cantadle con tambores y cítaras; / porque el Señor
ama a su pueblo / y adorna con la victoria a los humildes. R.
Mateo 23,13-22:
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni
dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que
viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis
digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís:
"Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y
ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por
el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga." ¡Ciegos! ¿Qué
es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura
también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el
que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el
que está sentado en él."
Homilía
Temas de las lecturas: Abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para vivir
aguardando la vuelta de su Hijo, a quien ha resucitado * El Señor ama a su pueblo.
* ¡Ay de vosotros, guías ciegos!
1. Primer escrito del Nuevo Testamento
1.1 Después de varias semanas de acompañar al pueblo de Israel por el desierto,
hasta dejarlo asentado en la tierra prometida, las lecturas de la liturgia de la misa
dan un giro al empezar esta semana número 21 del tiempo ordinario.
1.2 Entramos de lleno en el Nuevo Testamento, de la mano de sus primeros textos
en orden cronológico, según es la opinión de la mayor parte de los estudiosos. En
efecto, parece que el primer texto del cristianismo que ha podido llegar hasta
nosotros es precisamente esta Primera Carta a los Tesalonicenses.
1.3 Los primeros versículos del texto que hemos encontrado nos ayudan a hacernos
un retrato de cómo fueron aquellos primeros avances del Evangelio en el mundo de
la época. Miremos juntos algunos de los versículos más ilustrativos.
2. Cómo se anunció el Evangelio
2.1 PRIMERO: una clara conciencia de que creer es un regalo. Escribe Pablo:
"Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él es quien los ha
elegido". Aquel que llega a la fe es un "elegido". Esto es importante, porque ayuda
a tener una mirada de gratitud hacia Dios y de misericordia hacia el mundo. Ayuda
también a entender algo fundamental: creer no es una cosa ni "obvia", ni "forzosa".
El que no cree no es entonces, por ello solo, ni un tonto ni un condenado.
2.2 SEGUNDO: predicar es mucho más que argumentar. Escribe Pablo: "nuestra
predicación del Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino
también con la fuerza del Espíritu Santo". Pienso que nuestra Iglesia Católica puede
estar excediéndose en el volumen de argumentación que pretende ofrecer. ¡Todo
queremos sustentarlo con razones, como si una multiplicidad de razones produjera
una multiplicación de conversiones! Los documentos del Magisterio, especialmente,
le hablan con miles de razones a un mundo irracional y obstinado. Pareciera que
necesitamos redescubrir qué quiere decir eso de "con al fuerza del Espíritu Santo".
2.3 TERCERO: la mejor propaganda para el Evangelio son las vidas de los
convertidos. Escribe Pablo: "Su fe en Dios ha llegado a ser conocida... de tal
manera, que nosotros ya no teníamos que decir nada...". La Iglesia de aquellos
tiempos se alimentaba de convertidos. Una vida que se vuelve distinta es un
discurso que todo el mundo entiende. La pastoral entonces debería centrar lo mejor
de sus fuerzas en producir conversiones, por hablar en esos términos.
2.4 CUARTO: toda vida cristiana requiere de un desenlace; una tensión hacia la
esperanza. Escribe Pablo: "se convirtieron al Dios vivo y verdadero para servirlo,
esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús". La vida en Cristo no es un
modo de pasar decentemente por esta tierra, porque para eso no se necesitaba la
Sangre del Unigénito. Pienso que no hay muchos cristianos que tengan una clara
idea de qué les aporta su fe, aparte de hacerles relativamente vivible su tiempo
bajo el sol. Muy distinta fue la experiencia de aquellos primeros creyentes.