HOMILIA DEL XVII DOMINGO ORDINARIO.- CICLO C
“EL PADRE NUESTRO”
En la época de Jesús era costumbre que cada grupo o secta religiosa tuviese sus
oraciones específicas.
Los discípulos de Jesús pidieron al Maestro una oración propia de modo semejante
a como Juan el Bautista la había enseñado a los suyos.
Jesús les dijo: Cuando oréis decid .
a) Padre nuestro que estás en el cielo
La consideración de Dios como padre no era infrecuente en las religiones
antiguas, pero su significado es distinto del que tiene en el Padre nuestro.
Entre los griegos se le llamaba así por ser padre de todo es decir, en
cuanto creador.
En el Antiguo Testamento Dios es llamado Padre de Israel por la especial
relación con su pueblo (al que había sacado de la esclavitud y protegido
con prodigios evidentes) Nunca es llamado ABBA (padre querido) .
Jamás la oración se dirige a Dios como Padre.
Cuando los cristianos llamamos a Dios Padre responde a una realidad :
1) Porque el designio del Padre de crear los hombres para hacerles
partícipes de su vida divina, uniéndoles a su Hijo se hizo realidad en
Cristo que por su muerte y Resurrección nos hace participar en su
relación con Dios enviándonos su Espíritu a nuestros corazones que
nos hace clamar Padre y nos hace verdaderos hijos de Dios y por eso
podemos llamarle en verdad Padre.
2) Por el Bautismo somos incorporados a Cristo y así somos hijos
de Dios en su Hijo Unigénito .
Santa Teresa de Jesús al meditar sobre el Padre nuestro no pasaba
de la palabra Padre, pensando que Dios era en verdad su Padre
celestial que la amaba como hija suya pues tenía el Espíritu de su
Hijo.
b) Santificado sea tu nombre
El nombre de Dios representa a Dios mismo en su obrar salvífico.
Los judíos por respeto y escrúpulo para no pronunciar el nombre de Dios
buscaron otras fórmulas que indirectamente lo representasen, y una de
ellas es la palabra nombre (Deut 12, 4v)
Dado que Dios está unido a su pueblo, este nombre puede ser profanado
por el mismo pueblo de Dios desobedeciendo la Ley o por otros pueblos
humillando y vejando el pueblo de Dios.
En contraposición a esa profanación este nombre puede ser santificado
extrínsecamente.
1) Por el pueblo, alabándoles, guardando sus mandamientos o fiándose
totalmente de El (Num 20, 20).
2) Dios mismo puede santificar su nombre al renovar al pueblo en virtud
y aparecer así El lleno de grandeza y majestad . (Ez 36,20).
Dios santifica su nombre:
a) Cuando mediante la revelación de su misericordia se manifiesta
como Padre.
b) Cuando se revela a los pequeños.
c) Cuando alborea el reino de Dios.
Pedimos también que sea santificado en nuestra vida, porque si
vivimos bien el nombre de Dios es bendecido.
Pedimos además que sea conocido y honrado por todos los hombres.
c) Venga a nosotros tu reino
Esta es la verdadera petición del Padre nuestro.
El Reino de Dios se hizo presente en Cristo , en su persona, en sus obras,
en sus milagros, en su doctrina sobre el reino y en su obra redentora.
En Cristo dio comienzo el reinado del amor de Dios .
Se pide su reconocimiento en el momento presente y se espera la plena
revelación en el futuro cuando el mismo Jesús venga en gloria.
El ruego de que venga el Reino se identifica con el ruego de que v enga
Jesús en gloria: “Ven Se￱or Jesús” decían continuamente los primeros
cristianos en arameo, “Maranathá”, Ven Señor Jesús.
d) Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
Puede tener dos interpretaciones :
1ª) Que los hombres cumplan la voluntad de Dios en la tierra con la
prontitud con que la cumplen los ángeles en el cielo, conforme se lee
en el Salmo 103, 19-21.
2ª) Que se cumpla la gran voluntad divina del establecimiento del Reino
mesiánico en la tierra como se cumplió esa voluntad del
establecimiento del Reino en el cielo, el día de la Ascensión.
e) Danos hoy nuestro pan de cada día
El mañana está en manos de Dios, se ha de pedir el pan de cada día por
la dependencia permanente que el hombre tiene Dios en todo.
El pan de que aquí se habla es metafórico, significa el alimento corporal
de cada día.
Se pide a Dios, poder satisfacer las necesidades de cada día.
f) Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos
Para que Dios nos perdone nuestras ofensas es necesario que nosotros
perdonemos, porque si no perdonamos es que no tenemos amor.
Dios quiere que nos vayamos asemejando a él en el amor:
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso
Perdonad y seréis perdonados.
Esta necesidad del perdón fue ilustrada por Cristo con la parábola del
siervo inmisericorde (Mat 18, 21).
g) No nos dejes caer en la tentación
Debemos pedir que no nos deje caer e la tentación bajo el triple aspecto
que aparece en la Escritura:
1º.- No nos dejes caer en la tentación de cometer un pecado .
2º.- No nos dejes caer en la tentación de no aceptar las pruebas que
nos envíes . Para aceptarlas y resolverlas según el Espíritu de Dios,
debemos recordar que Dios prueba a sus elegidos: le dijo Dios a
Tobías, porque acepto a Dios fue necesario que la tentación te
probase. Y lo dijo Jesucristo metafóricamente:
“Al racimo sano lo poda mi Padre para que dé más fruto”
Podíamos citar miles de ejemplos de cómo Dios ha probado a todos
los santos.
3º.- Finalmente no nos dejes caer en las tentaciones que provienen
del mismo Satanás . Ejemplo son las tentaciones de San Antonio,
pero la mayor parte de los santos las han sufrido.
Más importantes son las tentaciones que suscita Satán con los
movimientos históricos de perversión y de implantación del ateísmo
práctico.
Hoy nos encontramos ante un movimiento perverso suscitado por el
mismo Satanás, que es el feminismo radical que intenta con astucia
diabólica destruir no solo la religión sino también todos los principios
fundamentales de la civilización occidental, pero los cambios los
presenta bajo capa de Bien con argumentos sofísticos que pueden
inducir a caer en varias tentaciones.
La tentación de la libertad de la mujer por medio del amor libre
cuando en realidad éste le hace ser esclava de su pasión y posible
juguete de los hombres y lleva a la promiscuidad, causa de tantos
males y enfermedades.
La tentación de liberarse de la familia tradicional, cuando ésta es algo
natural y las otras familias inventadas de los homosexuales y de las
lesbianas, etc. Que adoptan hijos, son algo artificial y perjudicial para
los niños adoptados ( y en consecuencia para toda la sociedad).
La tentación del hedonismo, de dejarse llevar del placer sexual sólo
por el placer cuando esto lleva al egoísmo y a la incapacidad del amor
verdadero al considerar al otro no como una persona capaz de
establecer unas relaciones interpersonales de amor.
La tentación de acogerse al divorcio libre que ha fracasado siempre
por las consecuencias nefastas que lleva consigo y sobre todo para la
mujer.
h) Más líbranos del mal
En el griego original la palabra “mal” puede ser forma neutra y por eso se
puede traducir de dos maneras :
Líbranos del mal en general y en particular del mal al que nos
inducen las tentaciones .
2º Líbranos del malo, del Maligno.
En España hoy día debiéramos rezar:
Líbranos de todo mal y del Maligno que se nos presenta bajo las
doctrinas engañosas y tentadoras del feminismo radical.
Con los ejemplos de un amigo que llama a medianoche y del hijo que pide nos
muestra San Lucas (la forma en) que hemos de pedir a Dios con absoluta
confianza. “Pedid y se os dará”
Y que si buscamos la verdad con tes￳n la hallaremos. “Buscad y hallareis”
Esta frase siempre me ha llamado la atención y la mayor parte de los cristianos no
suele fijarse en ella. El que busca halla. Al que busca la verdad, Dios le ayudará
para encontrarla.
Y termina diciendo :
Si vosotros que sois malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
cuanto más vuestro padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
piden
Padre Manuel Benito Fernández