CICLO C
TIEMPO ORDINARIO
III DOMINGO
Los profetas y los libros santos ya anunciaban que el Mesías traería la Buena Noticia
a los pobres: Él sería nuestro gozo y nuestra fortaleza (primera lectura). El
Evangelio nos recuerda el rotundo anuncio de Cristo: hoy se cumple esta promesa.
San Lucas además afirma que Cristo es historia real. No una ficción inocente o una
venerable costumbre. La fe en Cristo no se basa en leyendas o fábulas piadosas.
Se fundamenta en un hecho: Jesús de Nazaret. Que anuncia su misión y su tarea
(Evangelio): Ser la esperanza del pobre ser humano, al que llama a participar de la
vida y de la bondad infinitas de Dios. Hoy Cristo resucitado sigue cumpliendo esta
misión.
Cristo significa “el ungido” por el Espíritu Santo. El cristiano es también ungido en el
bautismo. En él se nos comunica la vida de Cristo, que es vida filial: somos hijos de
Dios. Y se nos ha dado el Espíritu Santo, la Persona-Amor, que habita en la Iglesia
y en nuestros corazones.
Todos nosotros hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo
cuerpo. Constituimos una unión semejante a la del cuerpo humano. “Vosotros sois
el Cuerpo de Cristo (segunda lectura).
Por el Espíritu Santo los muchos llegan a ser un solo cuerpo. Él hace a la Iglesia no
sólo la familia de los hijos de Dios. Somos una comunión de personas. Formamos
con Cristo y en Cristo una unidad en el amor.
El Espíritu, la Persona-Amor, nos lleva a esta comunión. Él es fuente de amor. Nada
une más que el amor. Así el Señor cumple hoy su misión. El amor es capaz de
cambiar el mundo sin hacer ruido. Mi prójimo es todo el que tenga necesidad de mi
y que yo pueda ayudar fraternalmente. Así será creíble hoy Cristo Jesús y su
Evangelio. Porque el lenguaje del amor es comprensible a todos.
MARIANO ESTEBAN CARO