Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 22, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha
trasladado al reino de su Hijo querido * El Señor da a conocer su victoria. *
Dejándolo todo, lo siguieron
Textos para este día:
Colosenses 1,9-14:
Hermanos: Desde que nos enteramos de vuestra conducta, no dejamos de rezar a
Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su
voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. De esta manera, vuestra
conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de
obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios. El poder de su gloria os
dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando
gracias al Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo
santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al
reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de
los pecados.
Salmo 97:
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de
su misericordia y de su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al
Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Tocad la cítara para el Señor, / suenen los instrumentos: / con clarines y al son de
trompetas, / aclamad al Rey y Seños. R.
Lucas 5,1-11:
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de
Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a
la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a
una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde
la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para
pescar." Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no
hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes." Y, puestos a la obra,
hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los
socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos
y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a
los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador." Y es que
el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada
de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de
Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas; desde
ahora serás pescador de hombres." Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo
todo, lo siguieron .
Homilía
Temas de las lecturas: Nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha
trasladado al reino de su Hijo querido * El Señor da a conocer su victoria. *
Dejándolo todo, lo siguieron
1. Hacia la plenitud
1.1 Uno de los aspectos más interesantes de la primera lectura del día de hoy es el
llamado hacia la plenitud. Creer es un ejercicio, un dinamismo. La vida cristiana no
puede resumirse en "tener" fe, como quien posee algo que ha quedado bajo su
poder. Más bien, ser cristiano, en la óptica de Pablo es quedar bajo el poder de la
fe, es decir, entrar en un proceso que ha tenido su comienzo maravilloso cuando
nos abrimos a la propuesta del amor divino pero que debe perfeccionar ese
comienzo hasta "llegar a conocer con plenitud su voluntad", como hemos
escuchado hoy.
1.2 El tema de la "sabiduría espiritual" lo había tocado antes el apóstol, en el
contexto polémico de las Cartas a los Corintios, especialmente la primera de ellas,
en el capítulo segundo. Es fácil, en efecto, caer en el error de convertir el
cristianismo en un sistema de ideas, una especie de filosofía, y por ello Pablo
entiende que no podemos agarrar la esencia, la nuez del cristianismo, si no es por
gracia. Ser cristiano no es, o por lo menos no se limita a ser, un coleccionista de
ideas que encajan bien unas en otras. Pablo ora por los colosenses, y por nosotros,
porque sabe que sólo en la gracia y por la gracia podemos llegar a descubrir la
verdadera sabiduría, esa que nos MUEVE a agradar al mismo Dios de quien la
recibimos.
2. Encuentro de dos poderes
2.1 Es importante descubrir este aspecto dinámico de la fe y del conocimiento
espiritual entre otras cosas porque vivir en clave cristiana conlleva presenciar el
crudo enfrentamiento de dos poderes. Así lo podemos entender de la misma
primera lectura del día de hoy.
2.2 Pablo nos habla del "dominio" de las tinieblas, ciertamente vencido por el
"Reino" del Hijo querido. Es preciso que comprendamos que el mal tiene poder,
aunque siempre es más importante que afirmemos que ese poder es menor y está
finalmente subordinado al poder y la sabiduría del Dios Altísimo.
2.3 Entender que el mal tiene poder nos lleva a obrar con seriedad en relación con
nosotros mismos y con nuestras propias tentaciones. Además, nos hace
comprensivos y compasivos con respecto a nuestros hermanos, pues no es por
capricho que una persona se daña a sí misma a través de sus pecados. O dicho de
otro modo: la primera víctima del mal es el malvado mismo. Teniendo esto
presente seremos más sabios y ponderados al abordar los problemas y deficiencias
de los demás y de nosotros mismos.
3. Vencido en su terreno
3.1 Amo particularmente el texto del evangelio de hoy. Porque es un texto de
llamado, desde luego, pero más aún por el modo como Cristo completa el llamado
que ya había hecho a sus primeros discípulos.
3.2 Cristo ya era conocido por Pedro. Para Pedro, Cristo era tal vez un profeta, tal
vez el mejor y más grande maestro y predicador que él hubiera conocido, pero...
hasta ahí. Es decir: Pedro tenía su terreno, el de la pesca, y Cristo tenía el suyo, el
de la predicación y los milagros. Eran dos terrenos diferentes y Pedro quizá se
sentía cómodo con esa frontera que estaba tácita pero muy clara. En el evangelio
de hoy, por el contrario, vemos a Cristo pasar la frontera. Para atraer a Pedro hacia
su terreno, Cristo "invade" el terreno de Pedro. Hoy vemos a Cristo pescando peces
para que mañana Pedro pueda pescar hombres.
3.3 Y ciertamente Cristo no lo hizo mal como pescador de peces en el lago de
Genesaret. ¡Las redes casi se rompían, las barcas casi se hundían bajo el peso de la
pesca más grande que se hubiera visto en aquel lugar! Semejante abundancia
mostró varias cosas a Pedro y a nosotros. Primera, dejemos la idea de los terrenos
separados. Eso de que "esta parte la hago yo y la otra parte la hace Dios" no vale
para el verdadero discípulo. La comunión con el Señor implica que estamos todos
en la siembra y en la siega, en la echada de la red y en su recogida. Segunda
enseñanza: el Señor multiplica nuestros esfuerzos y confirma con su bendición
nuestro trabajo. Y tercera: él, cuando nos llama, no anula lo que hemos sido, sino
que lo plenifica, lo eleva. Como decían los antiguos escolásticos, "la gracia no
destruye sino que perfecciona la naturaleza".